* Tienen más de seis años sin recibirlo
Lorena Correa.- “Vargas cuenta con 105 escuelas, y 56 no reciben el Programa de Alimentación Escolar (PAE) desde hace más de seis años aproximadamente”, aseguró Santos Sivira, miembro del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza en Vargas (Sitravargas).
Indicó que los que sí reciben el beneficio, no les cubre el requerimiento nutricional. Los estudiantes solo consumen carbohidratos y no ingieren carne ni pollo.
“No hay compromiso con la educación. Cada día el menú es menos balanceado y a nadie parece importarle. El sistema se fracturó cuando pasó a manos de Mercal. Los docentes le dicen a los representantes cuando no darán el servicio por falta de alimentos, para que tomen previsiones”.
Construcción de los comedores quedó en veremos
Manifestó que en el caso de la escuela Lourdes de Castillo, en Carayaca, no disfrutan del beneficio, y en la María May el Gobernador ofreció un comedor, pero perforaron dos huecos y ya, la obra tiene ocho meses parada.
“La Juan Aranaga y la Hugo Domínguez Sánchez llevan cinco años sin recibir el programa. En la Hostos trabajan hasta las 12:00 m porque no tienen alimentos, y en la guardería Martínez Salas les dan arepa con leche”.
“Las condiciones educativas han disminuido”
Señaló también que la escuela Guiri Guiri, en Maiquetía, pasó de ser básica a rural, ya que solo dos maestros atienden primaria y no llegan a 50 alumnos. En el caso de la Betty Herrera, en Caraballeda, no reciben comida y no tienen baños, por eso despachan a las 10:00 am.
“La mayoría reciben agua a través de cisternas, pero los ciclos en los planteles son inconstantes, presentando fallas desde hace más de un año y aún no se toman los correctivos pertinentes. Cuando no llega el camión deben suspender las clases”.
Agregó que “la Fombona Pachano, en La Lucha, funciona en una casa improvisada y eso que hace dos años expropiaron un terreno para realizar la construcción del plantel, pero quedó en veremos. Las escuelas siguen teniendo los mismos problemas. El Gobernador ha dado su gotita de amor: pinta, limpia y siembra matitas, pero no ataca las fallas graves”.
Resaltó que el sinfín de filtraciones en los planteles pone en riesgo la integridad desde estudiantes hasta directivos. “Lo que hacen es poner pañitos de agua tibia. Deben arreglar los problemas de filtración, electricidad y alumbrado, además de ponerles seguridad. La Gobernación tiene una partida que es para cumplir todo eso, por lo que estas situaciones no pueden continuar”.LC/yg