La tercera base de los Marlins de Miami, Martín Prado, está entre los líderes de bateo en la Liga Nacional, pero desde el Juego de Estrellas, el venezolano ha exhibido un inesperado poder con el madero.
El jonrón de tres carreras de Prado en la quinta entrada el viernes sirvió para darle esperanza a los Marlins de conseguir una remontada, que al final terminó siendo fallida en la derrota 11-6 ante los Cardenales de San Luis.
Pero luego del bambinazo de Prado hacia el jardín izquierdo contra Mike Leake, Miami se acercó 9-6, antes de terminar cayendo por ocho rayitas de diferencia.
Prado ahora tiene tres cuadrangulares desde la pausa por el Juego de Estrellas, y ha dado un jonrón en los primeros dos encuentros de la serie ante los Cardenales. El jueves disparó uno de dos carreras en la derrota de los suyos 5-4.
El jonrón de Prado en Filadelfia el 18 de julio llegó en el inning 11, y significó la carrera de la victoria. Tiene cinco bambinazos en lo que va del año y 41 carreras impulsadas, pero ha estado ocupando principalmente el puesto de segundo bate.
«Ha sido un camino largo este año, sólo he tratado de mejorar», dijo Prado. «Al principio de la temporada estaba tratando de recuperar el ritmo, y la mitad de mi cuerpo la lanzaba un poco hacia adelante, por lo que estaba usando sólo mis manos. No estaba utilizando el movimiento de caderas y todo lo demás».
«Batear es complicado, porque a veces tratas de darle más fuerte para llevar la bola más lejos, pero todo consiste en la mecánica. Yo soy un jugador de mecánica y a veces está un poco fuera de forma y mi poder no se demuestra», agregó.
Prado, cuyo liderazgo ha sido una pieza fundamental para estabilizar el vestuario de los Marlins, aumentó su promedio de bateo a .327, el tercero mejor en la Liga Nacional hasta antes de la jornada de ayer.
«He estado trabajando horas extra para intentar batear la bola hacia mi lado contrario», dijo Prado. «A veces simplemente tienes suerte y te lanzan el pitcheo ideal para batear hacia allá».