Luis López.- Con su niño en brazos, Yaisimar Torrealba, dijo que no pudo dormir la noche anterior porque temía que la crecida de la quebrada Curucutí pusiera en riesgo la vida de sus hijos.
“Tenemos un año en este lugar. Tuvimos que construir el rancho porque no podíamos alquilar casa”.
Dijo que debido a las lluvias del jueves, debieron colocar plástico en paredes y techo porque “el humilde rancho es un coladero”.
Reiteró que está censada por el consejo comunal de Perlas Blancas, pero no ha tenido respuesta en cuanto a una vivienda. “Hemos estado olvidados y marginados por vivir en una zona de alto riesgo, pero ante la falta de vivienda hay que ubicarse donde sea para mantener el grupo familiar”.
Explicó que ante la falta de apoyo de las autoridades y la indiferencia de Ivivar, será mucho el tiempo que les espera en ese sitio. “Gracias a Dios que la quebrada no creció, pero no demorará en hacerlo y ese es el temor que sentimos en este lugar”./jd