Luis López.- Pasada las 4:00 de la mañana de este viernes, Alejandro Álvarez salió de su casa en La Planada, parroquia Carlos Soublette. Beatriz Guillén, su pareja desde hace diez años, se arreglaba para acudir al médico. “Me dijo que iba primero a buscar el carro y me llevaría. Lo último que le escuché al irse fue, mami espérame aquí que ya vengo”.
La muerte lo sorprendió al ser secuestrado junto a dos compañeros de trabajo, luego de salir del estacionamiento en Maiquetía. Un par de delincuentes que abordaron la unidad, le propinaron un impacto de bala que le causó la muerte en la autopista Caracas-La Guaira. Sus otros dos compañeros salieron ilesos del hecho; uno se les escapó y el otro fue golpeado. El vehículo afiliado a la Línea José María Vargas, quedó en poder de los delincuentes.
Guillen, relata que era su segunda esposa y fue padrastro de sus dos hijos y de los tres de la anterior pareja. “Me apoyaba en todo, fue buen amigo, compañero y me quedé esperándolo”.
Dijo que su apego al trabajo era permanente. “Le decía que no era necesario que saliera a trabajar tan temprano, pero me insistía que debía hacer el diario. Sabía que era un riesgo, pero era fiel a su trabajo. Siempre llegaba a la casa entre las 8:00 y 8:30 de la noche”.
Afirma que su pareja era un hombre sano y luchador. “Salió a trabajar y es injusto que le hayan quitado la vida”./jd