Malala Yousafzai: Temo por mis hermanas afganas
La reconocida Premio Nobel y activista por los derechos civiles de 24 años, manifestó su preocupación por la vuelta de los talibán al poder en Afganistán y el posible retorno de sus políticas represivas contra las mujeres.
Tras la caída del régimen talibán en 2001, millones de afganas lograron acceder a un plan de educación completo y recuperaron, entre muchos otros, su derecho al trabajo. Sin embargo, “ahora el futuro que les prometieron está peligrosamente cerca de desaparecer», escribió Malala en una columna publicada en el diario The New York Times.
Si bien “algunos miembros del Talibán dicen que no le negarán a las mujeres y a las niñas el derecho a la educación o al trabajo, dada su historia de reprimir violentamente los derechos de las mujeres, los temores de las ciudadanas afganas son reales. Ya estamos escuchando informes de estudiantes que han sido rechazadas de sus universidades y de trabajadoras de sus oficinas».
Este miércoles, la periodista y presentadora de televisión Shabnam Dawran denunció que los talibanes le impidieron el ingreso a su trabajo, sin una razón aparente más que ser mujer. “A pesar de usar un hijab y portar correctamente mi identificación, los talibanes me dijeron ‘el régimen cambió, vete a tu casa’”.
“Durante las últimas dos semanas hablé con varias defensoras de la educación en Afganistán sobre la situación actual y lo que creen que ocurrirá después”, continuó Malala en su editorial de este miércoles. “Temen el retorno de una educación exclusivamente religiosa, que dejaría a los niños y niñas sin las herramientas necesarias para lograr sus sueños y a su país sin doctores, ingenieros y científicos en el futuro”.
La reconocida activista afgana -que recibió el Premio Nobel de la Paz a sus 17 años y se convirtió en la persona más joven en recibir el galardón en cualquiera de sus categorías- extendió un pedido a las potencias regionales y a los países vecinos.
“Los poderes regionales deben ayudar activamente a proteger a las mujeres y los niños. Los países vecinos (China, Irán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán) deben abrir sus puertas a los civiles que huyen. Eso salvará vidas y ayudará a estabilizar la región. También deben permitir que los niños refugiados se matriculen en escuelas locales y organizaciones humanitarias para establecer centros de aprendizaje temporales en campamentos y asentamientos”.