Hasbely Bolívar
A sus 352 años la parroquia San Sebastián de Maiquetía, fundada el 20 de enero de 1670 por los primeros españoles, no ha logrado mejorar los servicios básicos para garantizar una mejor calidad de vida a sus más de 20.000 habitantes.
“Recuperar los espacios públicos sería maravilloso. No hay que negar que existen cosas positivas, pero también hay demasiadas fallas sobre todo con los servicios públicos: la recolección del aseo ha estado funcionando bien, pero sigue la falta de agua en las comunidades”, expresó Carlos Soto.
Indicó que anteriormente distribuían el agua durante cinco días continuos para cada sector de la parroquia, pero ahora duran hasta 20 días viviendo como camellos. Otra de las peticiones de los vecinos es arreglar la vialidad, sobre todo la de los sectores populares, porque están en muy mal estado.
“Tienen que acabar con los botes de aguas negras, a pocos metros del edificio de Manoa, hay dos que están causando problemas desde que se hizo el puente de Navarrete. Hidrocapital vino solo una vez, rompió la calle y así lo dejo, cada vez que llueve eso es una locura”, denunció Leonardo Vázquez, conocido como el diputado 14 de Maiquetía.
Por su parte, Orlando Macho, fiscal de la línea de jeepses Santa Ana, 13 de Febrero y Piedra Azul, pidió a Terán y Suárez “acabar con la escasez de gasolina y con el matraqueo que hay en algunas bombas”, expresó.
Asimismo, pidió dotación de cauchos para dicha línea de transporte. “No es solo embellecer las calles hay que evaluar los problemas reales”.
Un nombre santo y otro indígena
El nombre original de la parroquia es la combinación de un santo cristiano y un indígena local. Anteriormente era parte del Departamento Vargas del Distrito Federal, pero en 1998 pasa a formar parte del Territorio Federal de Vargas y en 1999 del llamado estado Vargas.
Inicialmente su territorio fue visitado por los conquistadores españoles en 1555, cuando el capitán Francisco Fajardo arribó a ella. Pocos años después, en 1567 el fundador de Caracas, Diego de Losada, se estableció en dos oportunidades en su costas.
Maiquetía es eminentemente comercial, en su centro histórico posee muchas tiendas, mercados, bodegones, farmacias, centros comerciales que han generado miles de empleos.
El Cristo de los 4 clavos
La plaza Jerusalén, llamada popularmente plaza El Cristo de Maiquetía, es la obra más trascendente del padre Santiago Machado, presbítero de Maiquetía a principio del siglo pasado. Tanto la figura de El Cristo, eje central de la plaza, como los relieves colocados en cada una de las estaciones del Vía Crucis, fueron realizados por la firma La Statue Religieuse de Paris.
Este espacio, concebido para el retiro espiritual y el fortalecimiento de la fe, fue construido por etapas. La primera de ellas fue inaugurada formalmente el 6 de febrero de 1914. Ese día fue bendecida la figura de El Cristo y el espacio del Santo Sepulcro por el delegado apostólico del papa Pío XII, monseñor Carlos Pietropaolli. La primera estación de la plaza se inauguró en febrero de 1922, y la última el 10 de febrero de 1939. La figura del Cristo ha sido restaurada en los años 1973 y 2000, mientras que la plaza Jerusalén fue completamente modificada en 1988 y restaurada en el año 2001.
El Cristo está hecho en un material resistente a la intemperie y al salitre de Maiquetía. Tiene la peculiaridad de tener cuatro clavos, en lugar de tres, como la mayoría de las figuras escultóricas que representan la crucifixión.
La Virgen de Lourdes
Con la intención de construir un monumento al aire libre de la Virgen de Lourdes, el padre Machado compra varias viviendas humildes que estaban ubicadas frente a la iglesia. Siendo la Iglesia dueña de esas tierras, manda a abrir las calles que van de norte a sur, esto contribuyó a darle vida al centro de Maiquetía y a que se desarrollara una zona comercial.
Abiertas las calles, el padre vendía los terrenos que no le interesaban para obtener fondos y realizar su futuro proyecto. Con mucho esfuerzo y pidiéndole a sus feligreses la contribución necesaria, la plaza fue inaugurada el 21 de febrero de 1902 con una imagen de la Virgen de Lourdes que bendijo del Papa León XIII, a través del delegado apostólico, monseñor Giulio Tonti./jd