«Los sueldos paupérrimos que ganan los educadores no les permiten tener acceso a la salud y en el caso de los que contrajeron covid-19 tuvieron que hacerse el tratamiento en casa», expresa la profesora Ana Mercedes Aponte.
Indica que el Ipasme no presta un servicio óptimo porque el Gobierno no le inyecta los recursos necesarios para adquirir equipos, insumos y medicinas.
Tienen un año exigiendo al Ministerio de Educación y a la Gobernación la firma de un contrato de HCM como lo establece la Contratación Colectiva.
«Tenemos fondos administrados tanto por el Ministerio como por la Gobernación, pero no cubren estudios citológicos, que tienen un costo de $15 mientras que una educadora gana entre $2 y $5 y hay que tomar en cuenta que la mayoría del sector educativo está conformado por mujeres».
Señala que cuando se enferman deben recorrer todos los centros hospitalarios a ver si los atienden, después deben hacer maromas para comprar las medicinas porque el sueldo no da para eso./BR/jd