Nicolás Maduro pidió para la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) una conducción nueva, firme y unitaria, y abogó por la utopía concreta de un desarrollo económico compartido a dar un paso más en la integración económica.
Así lo expresó en su intervención inicial en la XX Cumbre de la ALBA, que se celebra en La Habana con la presencia de los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel; Nicaragua, Daniel Ortega, y Bolivia, Luis Arce.
A su juicio, es el momento para que los gobiernos de Estados miembro de la ALBA den un paso adelante y avancen hacia un programa de acción conjunta. «Muchas veces le escuché a Raúl (Castro) decir: no se puede repartir lo que no se tiene. Bueno, para repartir riquezas debemos generarlas».
Por eso pidió a la Secretaría Ejecutiva de la ALBA un «esfuerzo superior para la articulación de un plan integral de desarrollo económico, comercial, financiero y monetario de los países» de la ALBA y puso como ejemplo los proyectos de integración en Asia y Europa.
«El ALBA es sin lugar a dudas nuestro espacio, es nuestra casa. Aquí somos hermanos bis-à-bis. Aquí todos somos iguales. El ALBA es la casa de la hermandad, de la unión, de los sueños grandes», subrayó.
Aplaudió asimismo lo conseguido por la ALBA pese a las sanciones de Estados Unidos contra algunos de sus miembros -y citó a Bolivia, Cuba, Nicaragua y la propia Venezuela- y las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
Actualmente la ALBA cuenta con 10 miembros (Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Venezuela) y dos invitados especiales (Haití y Surinam).