El nombramiento de las autoridades del CNE por parte del TSJ es el caldo de cultivo perfecto para aquellos que buscan cualquier excusa para no participar en elecciones, según lo considera Lauren Caballero, analista y dirigente político regional, explicando que es un asunto eminentemente político. Hay un juego, una negociación en la que cada uno de los factores empujan la carreta para su lado.
“Es una maniobra interesante del gobierno de Nicolás Maduro, que pone nuevamente a la oposición en la disyuntiva de votar o no votar, y mientras la oposición se desgasta en ese debate, que además es absurdo porque siempre se debería participar, el gobierno aprovecha para ir ganando espacios e ir cercenando libertades, aprovechando las debilidades de una oposición fragmentada y sin capacidad de entender el momento y el contexto político en el que les tocó participar”.
Resalta que al gobierno le convenía que fueran los partidos de la Mesa de Diálogo Nacional (conocida como Mesita de Diálogo) quienes hicieran la solicitud de omisión legislativa, porque eso les permite explotar las diferencias de la oposición, haciendo ver que estos factores de la mesa son unos colaboracionistas y unos traidores, eso divide más a la oposición.
Señala que Maduro pierde espacios estratégicos dentro del Consejo Nacional Electoral, pero a la vez gana espacios desde en la pugna política. “Cuando haces ver que estos son unos traidores, le ocasionas a la oposición un problema interno de divisiones”.
Reitera que este es un juego político que tiene que ver mucho con la viveza del gobierno y con la subjetividad excesiva de la oposición “desde María Corina, pasando por Guaidó, Julio Borges, hasta Henry Falcón, los del MAS y Bertucci.
Mientras el gobierno mantenga a la oposición dividida, aunque viniese Jesucristo como rector del CNE, mañana el gobierno tiene más posibilidades de ganar en un proceso electoral que una oposición dividida, pues el gobierno no tiene problemas en combatir a una oposición que se combate a sí misma”.
Considera que la política actual está fuera de los cánones del derecho y la Constitución, y que eso aplica para todo el espectro político y todos los factores que hacen vida en el sistema venezolano. “Es decir opositores, oficialistas, gobierno de Maduro, gobierno de Guaidó. Es un panorama desalentador, oscuro, que no juega a favor del rescate de Venezuela, porque sin acuerdos que sean realmente representativos donde estén involucrados todos los factores, desde las minorías hasta las mayorías avasallantes, está difícil que logremos construir el país que merecemos.