Muchos de los que atraviesan la selva del Darién enfrentan peligros naturales como precipicios, animales salvajes, crecidas de río, y los peligros humanos: corres el riesgo de sufrir asaltos, violaciones e incluso ser asesinado.
“De verdad que aún no supero esa travesía, es algo inolvidable. Ves migrantes de otros países pasando sobre el lodo, subiendo empinadas cuestas y atravesando ríos caudalosos y traicioneros. Después de muchas horas sin comer, quedas casi sin fuerzas, solo pensando en llegar a tu destino”, detalló Rayneth Eleazar Graterol Pacheco, quien nació y creció en El Teleférico, Macuto.
Graterol refirió que por “gracia de Dios” su grupo, donde estaba también su esposa y un primo, llegaron con bien a su destino. “Son kilómetros infinitos, pero con Dios todo, sin Él nada”.
Contó que en el recorrido, donde además se extravió una vez, sentir la muerte de cerca. «Vi como 2 personas murieron delante de mí y hasta vimos una calavera. Cuando me perdí 2 días en la selva, ya no teníamos comida ni agua, solo nos quedaban sobres de suero en polvo y eso era lo que nos mantenía con las fuerzas mínimas. Fue una experiencia muy ruda”.
“Los niños que iban en nuestro grupo lloraban por hambre, eso nos llegaba al alma. Ellos ya no podían más, sin embargo, todos nos ayudábamos como podíamos. Nos llenamos de valor y fuerza para poder salir vivos de la selva”./JAM