Lula da Silva se despide del expresidente Uruguayo José «Pepe» Mujica
Tras la partida física del expresidente uruguayo, José «Pepe» Mujica el pasado martes 13 de mayo, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, asistió a su funeral para darle el último adiós, donde se mostró muy conmovido.
Con el pesar que hoy embarga al mundo por el fallecimiento de Mujica, Lula saludó con un beso en la frente a Lucía Topolansky, exvicepresidenta uruguaya y viuda de Pepe, a quien dio sus condolencias.
A Lula lo recibió Yamandú Orsi, actual jefe de Estado uruguayo, en las escalinatas del Palacio Legislativo de Montevideo. Ingresó al Salón de los Pasos Perdidos junto a su esposa, Rosângela da Silva.
El presidente de Brasil no llegó solo: lo acompañó una enorme comitiva, cuyo ingreso obligó a interrumpir la entrada de los ciudadanos uruguayos que se acercaron durante un día y medio a despedir a su exmandatario, reseña EFE.
Antes de acercarse al féretro, Lula se abrazó con Lucía Topolansky, esposa de Mujica y exvicepresidenta uruguaya. Además, le dio un beso en la frente, un gesto que ya había tenido con su fallecido amigo la última vez que lo vio, el 1 de marzo de este año.
El mandatario brasileño se paró luego frente a los restos de Mujica, donde permaneció unos segundos en silencio.
Lula mantuvo después un diálogo con el presidente chileno, Gabriel Boric, que llegó al velatorio minutos antes que él y que es el único otro jefe de Estado que viajó a Montevideo a despedirse de Pepe.
Antes de retirarse, y tras mantener un extenso diálogo con Topolansky, el líder brasileño se acercó una vez más al féretro, junto al cual, con los ojos humedecidos, pronunció unas últimas palabras a Orsi antes de retirarse del salón.
«Que el coraje, la sencillez y el amor que marcaron su vida sigan ayudándonos a seguir el camino que él eligió: la lucha por un mundo más justo», escribió Lula en sus redes sociales. Y añadió: «Y que el consuelo llegue a los corazones de su amada, Lucía Topolansky, y de su amigo y ahora Presidente del Uruguay Yamandú Orsi».
En una nota oficial publicada poco después del fallecimiento de Mujica, el líder brasileño destacó su «grandeza humana», que dijo «trascendió las fronteras de Uruguay y de su mandato presidencial».
«La sabiduría de sus palabras se convirtió en un verdadero canto de unidad y fraternidad para América Latina», subrayó.
Durante un viaje a Montevideo en diciembre pasado, el presidente brasileño visitó a Mujica en la chacra (pequeña finca) en la que residía y lo condecoró con la Orden Nacional do Cruzeiro do Sul, la más alta distinción que Brasil otorga a ciudadanos extranjeros.
Entonces, en un emotivo encuentro, se refirió a Mujica como «la persona más extraordinaria» entre los presidentes con quienes convivió.
La amistad entre ambos trascendió las afinidades políticas y se extendió durante años.
Se espera que el funeral culmine a las 16.30 y luego sus restos sean cremados. En vida, Mujica había pedido que sus restos descanses en su chacra, ubicada en las afueras de Montevideo, junto a su perra de tres patas. Antes de la cremación, en la explanada del Palacio Legislativo, el cantante Mario Carrero entonará «A don José», que el poeta Rubén Lena dedicó al prócer José Artigas.