«Sí, probablemente he estado demasiado tiempo en el poder», le dijo el presidente bielorruso Alexander Lukashenko a varios medios estatales rusos.
No obstante, descartó una dimisión, pese a las manifestaciones que piden su renuncia desde su reelección en agosto para un sexto período que se extiende hasta el 2025. Lukashenko está en el poder desde 1994.
Argumentó que solo él puede defender ahora al país, y advirtió de un posible baño de sangre si deja el poder. «Yo no me iré así como así. Dediqué un cuarto de siglo a construir Bielorrusia. No voy a tirar todo por la borda de buenas a primeras. ¡Además, si me voy, se cargarán a mis partidarios!».
Tampoco descartó elecciones anticipadas en el país, después de que se haya llevado a cabo una reforma constitucional.
Por otro lado, la líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, denunció ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que varios líderes de la oposición han sido secuestrados y cientos de personas en prisión «han recibido palizas y han sido violadas».
«Esta no es la norma en Europa», aseguró la candidata a las elecciones del pasado 8 de agosto, quien añadió: «No aceptaré que este sea el destino de mi país».