Las Olimpiadas, en general, y las de Río de Janeiro 2016, en particular, no habrían sido lo mismo sin ellos: el atleta Usain Bolt y el nadador Michael Phelps dieron brillo a la competición en la ciudad brasileña con el esplendor de su leyenda.
Phelps puso punto final a su carrera cubriéndose todavía más de oro: su récord de títulos olímpicos quedó en 23, con una cosecha en Río de cinco oros y una plata.
Bolt, por su parte, firmó su tercer triplete de oros seguidos en unos Juegos, revalidando sus coronas en 100, 200 y relevo 4×100 metros, en su penúltimo año de competencia antes de su retirada, prevista para 2017, tras el Mundial de Londres (5-13 agosto).
¿Quién asumirá la responsabilidad de ser la gran estrella en Tokio-2020?
En las últimas tres citas olímpicas, Bolt y Phelps han compartido de manera conjunta ese peso sobre sus hombros, siendo los protagonistas en Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016. Phelps incluso lo fue también en Atenas 2004.
En la ciudad china, Phelps se citó con la historia conquistando ocho medallas de oro y batiendo la plusmarca de Mark Spitz.
Sólo le hizo sombra entonces un joven Bolt que tenía hasta entonces como principal logro dos platas en el Mundial de Osaka 2007 y que eclosionó haciendo el máximo ruido, con récords mundiales para llevarse su primer triplete de oros.
Desde entonces, nadie le ha hecho sombra en las grandes citas de atletismo, aunque el jamaicano, ya treintañero, afrontó 2016 con un panorama plagado de incertidumbres sobre su estado físico.
En plena recta final para Río 2016, se lesionó en los isquiotibiales de su pierna izquierda, disparando todas las alarmas.
Bolt llegó como una incógnita a Brasil y el estadounidense Justin Gatlin lo hizo con los dos mejores tiempos del año hasta entonces en los 100 metros.
Pero la pista de Río puso las cosas en su sitio: Bolt revalidó su hegemonía y Gatlin fue plata en los 100 metros.
Tras sellar su triplete en la recta final de Río 2016, la lluvia de elogios no tardó en llegar: se acababa de convertir en el hombre con más oros en atletismo de la historia de los Juegos, igualando los nueve del finlandés Paavo Nurmi, fondista de los años 1920, y del estadounidense Carl Lewis, velocista y saltador de longitud a principios del siglo XX.
La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) reconoció sus méritos de este año a principios de diciembre, otorgándole el premio a mejor atleta masculino del año por sexta vez en su carrera.
Si Bolt todavía tiene una última temporada en perspectiva antes de la retirada, Phelps ya ha puesto punto final.
El «Tiburón» mordió hasta el final y, en la piscina brasileña, con cinco oros y una plata, estuvo a la altura de su leyenda: un total de 23 títulos olímpicos en un total de 28 medallas, conseguidos desde Atenas-2004.
La emoción final en Río marcó el final de su camino olímpico, cuando abrazó como epílogo a su mujer, Nicole, y a su hijo, Boomer, en el primer momento de su nueva vida.
En el inicio de un nuevo ciclo, los dos grandes deportes olímpicos buscan ahora nuevos superhéroes.