Los periodistas son forjadores de libertad. La imprenta es nuestro instrumento
“La imprenta es la artillería del pensamiento”, escribiría el Gran Libertador, estratega y pensador Simón Bolívar, quien usó con similar maestría su pluma, su espada y su genio para liberar a América del dominio español.
Visionario como él solo, analizó las variables, y se propuso fomentar la libertad de los países de América como una forma de lograr el progreso y la gloria del suyo propio.
Simón Bolívar el gran periodista americano, sabía que necesitaba una imprenta para abrir caminos en su proyecto de libertad.
Ya antes Francisco de Miranda, el venezolano más universal, había traído una imprenta en el Leander, en su intento de desembarco en Ocumare de la Costa el 27 de abril de 1806, pero esa cayó, obviamente en manos de los enemigos.
Pero, la llama de la libertad ya ardía en miles de pechos revolucionarios de verdad, y Bolívar sabía de la necesidad de una imprenta para la libertad.
“Mándeme usted de un modo u otro una imprenta que es tan útil como los pertrechos”, escribió Bolívar a Fernando Peñalver, que se encontraba en Trinidad en septiembre de 1817.
En octubre la imprenta ya estaba en Angostura, hoy Ciudad Bolívar, y el 27 de junio de 1818 salía a la calle el “Correo del Orinoco”, impreso en una máquina movida a brazo y con cuatro páginas impresas en papel de hilo, gracias al cual se ha conservado para la posteridad.
“Somos libres, escribimos en un país libre y no nos proponemos engañar al público” era el eslogan de aquel cañón libertario bautizado como Correo del Orinoco, que medía 31 centímetros de alto por 32 de ancho en apenas dos columnas y cuyo último número el 128, aparece el 23 de marzo de 1822.
La dirección de los primeros 12 números del Semanario estuvo a cargo de Francisco Antonio Zea quien fue su primer redactor. Éste fue reemplazado por colaboradores de la talla de Juan Germán Roscio, Carlos Soublette, José Rafael Revenga, José Ignacio Abreu y Lima, Manuel Palacio Fajardo, entre otros.
En el Correo del Orinoco, desde Ciudad Bolívar, el Libertador intentaba contrarrestar la influencia de la Gaceta de Caracas, periódico al servicio de la Corona Española. Considerado el primer periódico de Venezuela.
Letra a letra y en cajas de madera especialmente diseñadas para organizar las páginas, se imprimía en forma directa del plomo al papel y a la pura fuerza, aquel periódico que contaba con las firmas de Simón Bolívar, Fernando Peñalver, Ramón Ignacio Méndez, Antonio Nariño, José María Salazar, Luis López Méndez, Francisco de Paula Santander, Francisco Javier Ánez y José Trimiño, entre otros que escribieron para las 133 ediciones: 128 fueron numeradas y 5 extraordinarias, dos de las cuales fueron para celebrar las decisivas batallas de Boyacá y Carabobo.
El semanario, que aparecía los sábados, traía artículos en castellano, francés e inglés e informaba a las naciones de los logros militares y políticos de la República de Colombia.
El Correo del Orinoco sirvió de instrumento en las relaciones internacionales, publicó la vida y obra de los héroes de la Revolución, decretos del ejecutivo, leyes, boletines del ejército, las proclamas de Bolívar, notas de colaboradores extranjeros que servían a la cohesión del ejército, y toda clase de informaciones sobre la construcción del Estado y la organización de la guerra.
También incluyó extractos de periódicos extranjeros y diversos avisos sobre entrada y salida de buques.
En carta al general José Antonio Páez, El Lancero del Llano, el 4 de agosto de 1826, escribiría Bolívar la utilidad que vio en este medio “como artillería de pensamiento, educador de masas de hoy y mañana, portavoz de la creación de un nuevo orden económico y de la información internacional desde el punto de vista de nuestros intereses, fiscal de la moral pública y freno de las pasiones, vigilante contra todo exceso y omisión culpable, catecismo moral y de virtudes cívicas, tribunal espontáneo y órgano de los pensamientos ajenos”.
El Día del periodista se celebraba el 24 de octubre por ser la fecha de la primera edición de la Gaceta de Caracas en 1808, pero el 1964 a propuesta del periodista Guillermo García Ponce, destacado dirigente y diputado del Partido Comunista de Venezuela, la IV Convención de la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), aprobó cambiar la fecha y desde entonces el 27 de junio quedó consagrado como el Día del Periodista.