*Sus ranchos de zinc y tabla han colapsado varias veces
Luisana Herice
Luisanahglaverdad@gmail.com
Más de 10 veces han sido censados para optar por una vivienda digna las más de 20 familias que sobreviven a condiciones inhumanas y en extrema pobreza en Los Hornitos, en Punta de Mulatos, La Guaira.
Sin embargo, hasta la fecha ninguno ha recibido solución habitacional, por lo que muchos están resignados a seguir viviendo en el lugar que está declarado en alto riesgo.
Sorangel Cedeño señala que perdió la cuenta de cuántas veces le han prometido reubicación. Además asegura que su vivienda construida con cartón piedra y tablas ha colapsado en diferentes oportunidades.
«Nunca me han dado respuesta positiva. Me ha tocado levantar mi ranchito varias veces porque no aguanta las fuertes lluvias y vientos. La última vez fue hace meses cuando una roca cayó del cerro y tumbo la parte de atrás. Aquí vivo con mis hijos menores de edad».
Muchos han perdido sus electrodomésticos, pues cuando llueve los hulmides y precarios ranchos se inundan e inclusive hay familias que deben acomodarse en una sola cama porque los colchones se mojan.
«El televisor que tenía se quemó con las últimas lluvias. Aquí sobrevivimos con lo poco que tenemos. Tampoco cuento con baño y nevera».
Por su parte, Franklin Pérez, vive en una casa de zinc, tan pequeña como una caja de fósforo, tanto que la habitación se une con el baño y la cocina. El espacio para caminar es completamente reducido.
«Conmigo viven mis cuatro hijos y mi esposa. El lugar es muy pequeño, por lo que vivimos amontonados. Cuando llueve tenemos que acomodarnos todos en una cama porque el techo esta lleno de huecos y se nos moja todo».
Expresa que han consignado documentos en Ivivar, pero la respuesta ha sido que no hay apartamentos disponibles.
«Para los varguenses que vivimos en precarias condiciones y en ranchos que se están cayendo no hay apartamentos, pero para personas de Caracas sí», dice Pérez.
Guillermo Gómez refiere que las familias que ahí habitan no cuentan con recursos para mejorar las condiciones en las que viven. «Yo no tengo una nevera ni un ventilador y aquí el calor es insoportable. Hemos esperado mucho por el apoyo gubernamental y al parecer nunca llegará a este lugar»./jd