Las fuertes precipitaciones hicieron que los cauces de estos ríos crecieran peligrosamente. En el caso del río en Camurí Grande, este inundó parte del club del mismo nombre, además de arrastrar los toldos instalados en una de sus orillas.
En Caribe, parroquia Caraballeda, la Avenida la Playa se convirtió en una inmensa laguna a la altura del Centro Comercial Costa del Sol, al igual que en varias calles de la parroquia.
La vía a Naiguatá fue cubierta en varios puntos por sedimentos arrastrados desde la montaña. Un autobús del Sitssa quedó atrapado en el lodo. Funcionarios de la Dirección de Inteligencia Estratégica (DIE), Seguridad Ciudadana, Alcaldía de Vargas, Protección Civil, Bomberos entre otros entes, prestaron asistencia y activaron un operativo mixto para despejar la carretera.
El gobernador (e) José Manuel Suárez detalló que hay 450 funcionarios desplegados para atender los efectos de las precipitaciones. Destacó que los trabajos de embaulamiento y canalización de los ríos y quebradas ayudaron a que estos no causaran mayores daños.
Agregó que desde hace días fue activado un plan de limpieza de drenajes para facilitar el flujo de las aguas de lluvia.
Por otra parte, indicó que la Gobernación está en contacto con la empresa Salva Foods y otras que manejan alimentos para la activación de centros de acopio ante cualquier contingencia en el estado. «A esto también estamos sumando un plan de apoyo solidario junto a las FANB y a la Alcaldía de Vargas para enviar alimentos, medicinas y otras insumos otros estados afectados por las lluvias, especialmente el estado Mérida».
