La sequía goleadora que personificó la endeble defensa del título por parte de Liverpool llegó a su fin para Mohamed Salah.
Después de seis partidos sin anotar un gol en la Liga Premier, el delantero egipcio exhibió todo su ingenio y clase al firmar un doblete en la victoria 3-1 ante West Ham.
Un par de victorias sucesivas en Londres parecen haber revitalizado al actual campeón y a su principal figura. El equipo de Juergen Klopp marcha tercero, cuatro puntos detrás del Manchester City, al que recibirá el próximo domingo tras una tanda de partidos a mediados de semana.
No fue el despliegue avasallador que culminó con la paliza 7-2 propinada a Crystal Palace cuando Salah había marcado por última vez.
Pero la exhibición de la segunda parte por parte de un equipo desprovisto de centrales confirma que fue imprudente dar por descartado a Liverpool de la pugna por el título.