Los trabajos de mantenimiento realizados recientemente en la quebrada de Curucutí, fue catalogada por los habitantes de Piedras Blancas como positiva, tras años de abandono.
Expresaron su agradecimiento a la Gobernación, pero alertaron que la limpieza dejó al descubierto una serie de problemas que requieren atención inmediata. La remoción de escombros propagó las plagas y dejó expuestas las aguas servidas, lo que ha generado hedor en toda la zona y preocupación entre los vecinos por el posible brote de enfermedades respiratorias y otras afecciones.
Ante esta situación, la comunidad hizo un llamado al gobernador José Alejandro Terán y al ministro de Obras Públicas para que no dejen la labor a medias y completen el embaulamiento de toda la quebrada, obra que no se ejecuta desde la tragedia de Vargas en 1999.
“Reconocemos y agradecemos el esfuerzo, pero es necesario terminar el trabajo. La comunidad necesita una solución definitiva para garantizar su salud y seguridad, especialmente en temporada de lluvias”, señalaron voceros comunales.
Esperan que esta petición sea escuchada y atendida a la brevedad, para evitar futuros riesgos en una zona históricamente vulnerable ante los embates de la naturaleza.