* El triunfo 2-1 en el Bernabéu metió a los visitantes en las semifinales de la Copa del Rey
El Leganés alcanzó, con un recital de equipo en el Santiago Bernabéu, las semifinales de la Copa del Rey por primera vez en su historia, remontando la eliminatoria a un Real Madrid que cayó 2-1 en casa tras ganar 1-0 en la ida.
Un equipo trabajado de arriba abajo por Asier Garitano escribió la página más brillante de su existencia con una conquista histórica del Bernabéu. Nunca al Madrid le habían remontado en su estadio una eliminatoria copera tras haber vencido en la ida, pero al actual, en plena destrucción sin freno, cualquier rival tiene capacidad para golpearle con dureza e instalarlo en la duda.
Lejos de salir con ganas de comerse el mundo y ver la luz al final del túnel, los hombres de Zinedine Zidane salieron como si nada hubiese en juego y a pesar de que en la liga española están prácticamente descartados en la lucha por el título.
Sin nada que perder, el Leganés salió a perseguir un sueño y no cesó en su empeño hasta que marcó a la media hora de juego, cuando Javier Eraso robó el balón a Nacho y con metros para correr y plantarse mano a mano ante Kiko Casilla, optó por el disparo lejano, repleto de confianza, y lo colocó en la escuadra.
Con la eliminatoria igualada, era obligado el cambio de imagen madridista en la reanudación y no tardó en encontrar el premio en cuanto le puso actitud. A los dos minutos llegó el gol de Karim Benzema cuando tras su buen movimiento al espacio, recibió un pase de Lucas Vázquez y picó el balón a la salida de Nereo Champagne.
Todo estaba a favor del Real Madrid superado el susto, pero su juego era a impulsos de individualidades ante un ejemplo de bloque trabajado con el del Leganés, que volvió a adelantarse con la potencia del testarazo de Gabriel a un córner de Eraso a los 55 minutos.
En el nuevo escenario el Real Madrid estaba obligado a marcar para no quedar eliminado de la segunda competencia de la temporada tras su debacle liguera, pero el milagro no llegó en los minutos finales.
Ahora el Real Madrid queda a la deriva, sin opciones en la Liga, eliminado de la Copa y jugándose toda la temporada a una carta: el PSG en Liga de Campeones. De tocar el cielo sintiéndose invencible y campeón del mundo, el equipo de Zidane pasa a una crisis sin fin.