Luis López.- El doctor Jacinto Convit fundador del hospital Martín Vegas, ubicado en Catia la Mar, fue uno de los precursores en la lucha contra el Mal de Hansen (lepra), con un grupo de médicos, entre ellos el doctor Martín Vegas; de hecho, criaron algunos animales donde fue inoculada para poder crear la vacuna, informó el médico especialista en cirugía general, Gustavo Díaz, quien labora en el Martín Vegas desde hace 12 años.
“El doctor Jacinto Convit es bien conocido por su vacuna contra la lepra. Por su trabajo científico estaba nominado para un premio Nobel, pero lamentablemente falleció hace poco, lo que fue una pérdida inmensa para el país”.
Avance en la atención a los pacientes
“En este hospital ya no hay pacientes que tengan una enfermedad de Hansen activa, de hecho muchos han fallecido y los demás solo tienen secuelas”, manifestó el especialista en cirugía general.
Indicó que la enfermedad se caracteriza por la reabsorción ósea. Dedos, pies y cara se reabsorben hasta desaparecer. “Incluso hay pacientes que pierden parte de la nariz, orejas; hasta que se descubre la enfermedad”.
Señaló que “una vez aplicado el tratamiento la enfermedad se detiene, pero en muchos pacientes se les descubrió en un período avanzado y quedaron con secuelas. Reciben la vacuna por instrucciones del Instituto Jacinto Convit, a través de servicio de Dermatología del Hospital Vargas y del Instituto de Biomedicina”.
Mencionó que primero pasan por ese Instituto y luego ingresan al hospital con sus indicaciones, donde son atendidos por dermatólogos especialistas en la enfermedad.
Incremento de pacientes
Afirmó el especialista que esta enfermedad está erradicada no solo de Venezuela sino del planeta. “El mal de Hansen o lepra, existe desde la época de Cristo en la que eran repudiados sobre todo por el aspecto de su cara, pero no porque contagiaban. Eran mal vistos y hasta aislados”.
Explicó que en estos tiempos se descubrió la cura. “Aquí no hay pacientes activos de Hansen ni aquí ni en el mundo. Así como Jacinto Convit, hay otros científicos que lucharon contra la enfermedad”.
Experiencia en el Martín Vegas
“Hemos tenido pacientes jóvenes entre 27 y 30 años. Aquí hay uno que tiene 45 años, pero que llegó a los 20 años”, sostuvo el galeno.
Manifestó que “una vez detectada la enfermedad, se hace el diagnóstico, se envía al instituto de Biomedicina para proceder con el tratamiento”.
Mencionó que el hospital Martín Vegas es también una casa de reposo. “Ellos son repudiados por la sociedad. Cuando ves a un paciente y no estás acostumbrado a esto, lo rechazas”.
A pesar estar curados presentan las secuelas. “Son pacientes que muchos no tienen nariz, orejas, ni manos, sino que tienen parte de la región plantar y no tienen dedos”.
Informó que ahora solo hay pacientes que la tuvieron y quedaron con secuelas desde hace más de 20 años.
Lo más difícil en tiempo de crisis
Informó que el hospital se abrió a la comunidad y de hecho atiende emergencias, pacientes en triaje, consulta externa.
Fortalezas y debilidades
La debilidad es la crisis de medicamentos. No es que no los traigan sino que no hay y tenemos que sortearlos. Otra fortaleza es que tenemos un excelente servicio de rehabilitación. “Aquí vienen pacientes doblados y se van derechitos. Es algo que compite con el servicio de rehabilitación de otros centros”.
Informó que hay muchos pacientes que sufren de ACV y los traen solo para rehabilitación. “Los hospitalizamos y egresan del hospital en mejores condiciones”.
Además cuentan con un equipo de más de 15 médicos entre rurales y especialistas.
Los alimentos se le garantizan a los pacientes internos, pero los medicamentos no./yg