LeBron James se perderá entre 3 y 4 semanas como consecuencia del esguince en el tobillo derecho sufrido durante el partido del pasado sábado entre los Lakers de Los Ángeles y los Hawks de Atlanta.
El equipo campeón de la NBA catalogó la baja de súper estrella como indefinida tras el encuentro y desde entonces había sido muy poca la información compartida sobre su lesión. Ahora, los Lakers afrontarán unas semanas especialmente difíciles.
Si tenemos en cuenta estas previsiones, el 4 veces Jugador Más Valioso de la temporada se perderá ya 11 partidos en el mejor de los casos. Y algunos de ellos ante rivales tan exigentes como sus vecinos los Clippers, los Bucks de Milwaukee, el Heat de Miami y los Nets de Brooklyn.
A ello hay que unirle la baja por lesión de la otra gran estrella del equipo, Anthony Davis, que está lidiando con una tendinitis en su pierna derecha des hace varias semanas.
Actualmente, los Lakers, que eran primeros de la Conferencia Oeste al momento de la lesión de Davis, ocupan la tercera posición con un récord de 28-15, pero con muy poco margen sobre sus más próximos perseguidores: los Clippers (27-16), los Nuggets de Denver (25-17) y los Trail Blazers de Portland (25-17).
De este modo, la franquicia angelina estará obligada a moverse en el mercado e intensificar sus esfuerzos con el objetivo de aguantar lo mejor posible una previsible caída mayor de su rendimiento y asegurar la completa recuperación de ambos jugadores de cara a los playoffs.
A nivel individual, esta lesión puede suponer el adiós a las posibilidades de LeBron de aspirar a su quinto MVP. En los 41 partidos que ha disputado promedia 25,4 puntos, 7,9 rebotes y 7,9 asistencias en 33,9 minutos.