Haciendo malabares se mantiene las lavanderías del estado, cuya estructura de costos está por las nubes ante la escasez de materiales y agua. Los gastos en ocasiones superan los ingresos por lo que han debido hacer ajustes del doble en el precio de los servicios. Alegan que solamente en cisternas invierten semanal hasta 10 mil bolívares.
“Es caro porque aquí hacemos el servicio, es decir, la lavamos nosotros y tenemos que poner el detergente que hay que zanquearlo. Me ha tocado calarme colas y recorrer los comercios para no pagar el empaque de dos kilos en Bs. 500, que ofrecen los bachaqueros. Actualmente uso el líquido que está sobre los 800 bolívares”, explicó María Díaz, encargada de la lavandería Darinés en La Atlántida.
A esto le suman el pago de alquiler que ya está sobre los 10 mil bolívares. Solo ella y una empleada pueden hacer el servicio que subió de Bs. 100 a Bs. 200, pues pagar nómina es imposible. “Es por cesta que se lava la ropa. En el caso de las sábanas son solo seis por servicio. Mucha gente viene, sobre todo de la zona donde el déficit de agua es crítico. La mayoría paga hasta 3.000 bolívares porque tienen mucha ropa”. /ep