“Es necesario que se lleguen a acuerdos entre los factores enfrentados para mitigar la terrible crisis que azota al país, que genera las condiciones de pobreza y hambruna. Oposición y gobierno deben entender que hay una situación que escapa de cada uno de los actores y que tienen que llegar a acuerdos cuanto antes para ver si pueden frenar el deterioro progresivo y profundo de la calidad de vida de los venezolanos”, señala el dirigente y analista político Lauren Caballero.
Resalta que la negociación surge como un factor clave, decisivo a la hora de lograr algún cambio, pero si la opinión pública venezolana sigue condenando cualquier posibilidad de que los actores políticos cambien su política a una de entendimiento y acuerdo, va a verse entre dicho. Por eso ambos bandos tienen que ver si siguen echando al país por la borda, llevando a los venezolanos a la miseria.
Asegura que es necesario que en Venezuela se produzca un cambio de política en el seno de la oposición, que se convenza que debe actuar como un factor local y que no sigamos dependiendo de la política exterior de otro país.
“No existe la posibilidad de que ningún gobierno en el mundo cambie por el simple hecho de que exista un gran rechazo popular, si no existe la posibilidad de que haya un movimiento alternativo que genere la confianza suficiente en el electorado para hacerle frente a ese proyecto y reemplazarlo por otro. En el caso venezolano haría falta una unificación de criterios importante, que sea suficientemente atractiva, que aglutine y movilice a las grandes mayorías descontentas con el gobierno de Nicolás Maduro para movilizar a la gente, y la movilización no es solamente una marcha, salir a una esquina a manifestar, sino que también implica otro tipo de actividades”.
Considera que la oposición venezolana debe tener una política autónoma que no sea excesivamente dependiente de Washington ni de la comunidad internacional, sino que debe ser capaz de dirigir los destinos de la política opositora y de un pueblo que se siente totalmente abandonado por las políticas de gobierno y traicionado por lo que se les prometió un día, de que habría mayor inclusión social.
“No hay manera de reemplazar ese modelo fracasado, empobrecedor y que nos atrasa si no se presenta frente un modelo alternativo que sea capaz de movilizar a las grandes mayorías, incluso en situaciones evidentemente adversas como lo son las elecciones bajo un esquema autoritario, donde hay evidencias claras de un ventajismo fraudulento, de abuso de poder por parte del estado, la coacción de la oposición pública y las limitaciones exageradas de la libertad de expresión”.
Asegura que aún bajo esas condiciones si se está bien organizado, motivado y cohesionado es posible hacerle frente al régimen autoritario, “de lo contrario la mesa está servida para que el factor que mantiene el poder, que controla las instituciones y tienen la fuerza de las armas, no se fracture ni se se de un escenario propicio para el cambio”.