El economista Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, expresó que la economía venezolana presentó una caída en el primer semestre del año, esto según indicó, debido a los hechos de corrupción en PDVSA y los intentos de imponer el uso del bolívar en Venezuela.
“Es obvio que la economía venezolana ha presentado una caída en el primer semestre del año que afectó todas las proyecciones que se tenían para el 2023. Sin embargo, no es prudente proyectar el segundo semestre como una línea determinada por el comportamiento del semestre anterior”.
“Los factores que explican la contracción de consumo de este año están vinculados fundamentalmente a la crisis de flujo de caja generada por los eventos de corrupción en PDVSA y los intentos de re-bolivarización de la economía que generaron el IGTF y las limitaciones de movimiento de las cuentas en dólares de la banca local”, agregó.
Sin embargo, destacó que la entrada de divisas producida por Chevron ha permitido compensar parcialmente el problema y el suministro de divisas semanal ha mejorado significativamente, lo que permite prever un mayor margen de maniobra para la estabilización cambiaria.
Ante esto, advierte que esto no quiere decir que la moneda se estabilizará totalmente, pues estando claramente sobrevaluada la presión de devaluación seguirá vigente y en algún momento de este año se manifestará. Pero su evolución es más controlada y sus movimientos menos bruscos que en agosto y noviembre del 2022.
En este contexto, León afirma que es evidente entonces que las condiciones del segundo semestre serán mejores que las del primero, pero resalta que para consolidar un crecimiento significativo del consumo en el resto del año, que revierta la tendencia que hemos visto hasta ahora, es necesario que se sostengan los flujos de divisas provenientes de Chevron y ojalá de otras europeas, indias y otros terceros países que puedan contribuir a estabilizar el flujo de divisas.
Adelanta además que también está en puertas la firma de acuerdos bilaterales de Venezuela con China para formalizar su exportación más allá de la explotación actual de la petrolera oficial china y los mercados informales. Así mismo se debe concretar la eliminación o flexibilización del IGTF que lejos de ayudar se ha convertido en un bloqueador y encarecedor de la actividad económica nacional».
Destaca que la administración de Nicolás Maduro debe analizar con racionalidad los mecanismos que permitan la convivencia sana entre las dos monedas que circulan formal e informalmente en el país.
No se trata de sustituir el bolívar pero si de reconocer que a estas alturas no hay posibilidad alguna de echar atrás la dolarización fáctica de nuestra economía y luchar contra ella solo complica y retrocede los avances en materia económica.
“Sabemos que no es posible dolarizar formalmente, pero si es factible generar condiciones adecuadas de convivencia entre monedas que además permitan amplificar la disponibilidad de créditos y reducir la presión inflacionaria”.