Las amas de casa “cazan” ofertas para abaratar sus comidas

María Lourdes Arráez

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Ante el aumento constante de los precios, una familia de cuatro integrantes debe invertir al menos Bs. 12.983.750 semanales para cubrir su alimentación básica, con una dieta limitada y con poca variedad de proteína. Esto representa 5,1 salarios integrales, que con el aumento de mayo se ubicó en Bs. 2.555.500 mensuales.

En un recorrido realizado por los principales mercados y supermercados de la región, pudimos constatar que los precios aumentan al menos dos veces por semana, lo que ha alejado a muchos compradores.

Carmen Marcano cuenta que aprovecha cuando consigue efectivo para comprar más barato. “Compro hasta seis kilos de yuca, las pelo y las congelo, así me ahorro mucho, me dura para dos semanas. Cuando vuelvo a comprar la consigo más cara”.

En el caso de los vegetales y hortalizas, muchos comerciantes ofrecen combos con pocas cantidades para aumentar sus ventas, de aliños con una cebolla, un tomate y varios ajíes que se consiguen entre 30 y 50 mil bolívares.

Amas de casa compran cada dos días

La mayoría de las amas de casa consultadas explicaron que ahora compran cada dos días, pues por los precios ya no pueden hacer el tradicional mercado semanal.

Karla Sandoval detalla que sale a caminar en busca de los más barato, compra lo que le alcanza para su familia de 8 integrantes y trata de rendirlo para dos días. “Compro carne, pollo y pescado cuando se puede, y solo para darle sabor al guiso. Lo que más me llevo son vegetales como calabacín, zanahoria y ají. Ahora no compro mucho tomate porque está carísimo, pero si me llevo al menos dos para darle gusto a la comida”.

Rosa Velásquez expresa que se organiza según su presupuesto. La semana pasada consiguió un dinerito extra que decidió invertir en hortalizas para una semana, pues “ya la carne y el pollo son lujos, lo que más compramos son sardinas porque son baratas y rinden más, no solo la comemos fritas, también en guisos preparándolas bien”.

Ambas aseguran que ya no compran fruta como postre ni para complementar la comida, sino más bien para suplantarla. “En mi casa muchas veces desayunamos con cambur maduro, nos comemos dos o tres cada uno y con eso esperamos la comida de la tarde”, asegura Sandoval./jd

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