Los Lakers de Los Angeles, los grandes favoritos, y el Heat de Miami, el invitado sorpresa, competirán desde este miércoles (9:00pm) por el título de la temporada más intensa y caótica en la historia de la NBA.
Para cumplir su promesa de devolver a la cima a los históricos Lakers y honrar la memoria del fallecido Kobe Bryant, LeBron James tendrá que doblegar a Miami, su ex equipo, donde conquistó dos de sus tres anillos (2012 y 2013).
Será la primera final entre estas franquicias y ocurrirá en el insólito escenario de la burbuja en Orlando, donde la NBA se ha refugiado desde principios de julio para terminar la temporada a resguardo del coronavirus.
Resistiendo a semejante adversidad, se podrá considerar como un triunfo coronar a un campeón el 13 de octubre, si es que la serie llega a siete partidos, a unos pocos días de cumplirse un año desde el inicio de la maratónica temporada.
En ese extraño contexto, aparece una figura familiar, LeBron, quien a sus 35 años llega a la décima final de su carrera, la novena en la última década, una cifra solo superada por dos jugadores en la historia.
Después de los dos anillos con el Heat y otro con los Cavaliers de Cleveland (2016), James quiere seguir agrandando su palmarés ahora con los Lakers, que tiene a la mano su título 17, que igualaría el récord de los Celtics de Boston.
La primera campaña de LeBron en Los Ángeles fue una decepción, mermado por lesiones, pero con la llegada de Anthony Davis, considerado el mejor pívot de la liga, han formado una pareja por ahora imparable.
El viaje de regreso de los Lakers a una final también ha estado marcado por la tragedia, con el fallecimiento en enero en un accidente de helicóptero del legendario Kobe Bryant. Desde entonces, la determinación de honrar y continuar su legado ha estado presente en el plantel.
El último obstáculo de los Lakers es un equipo que se siente muy cómodo fuera de los pronósticos. El Heat, que terminó la fase regular en la quinta posición del Este, fue subestimado por no clasificar a playoffs el año pasado y no contar con teóricas grandes estrellas.
Pero con la fuerza de su conjunto, las potentes actuaciones de Jimmy Butler y Bam Adebayo, la experimentada dirección de Goran Dragic y los francotiradores Duncan Robinson y Tyler Herro, buscarán dar la sorpresa.