Lorena Correa.- Ante la ausencia de la vía principal de Carayaca, hace un año se habilitó la subida de Paraíso Azul, para agilizar el tráfico. Sin embargo, los habitantes denuncian que la “trocha” solo está trayendo dolores de cabeza, por el peligro que representa por lo angosto del atajo.
María Sulbarán, indica que muchos residentes están ahora más preocupados porque la vía es muy estrecha para una buseta de 50 puestos. Resalta que ya han pasado varios sustos, porque los conductores hacen maniobras para poder pasar las curvas, y están expuestos a sufrir un accidente.
“Ahora este es el pan de cada día cuando subimos a una buseta, por eso nos encomendamos a todos los santos y vamos con el Jesús en la boca, no sabemos si el remedio será peor que la enfermedad, porque los carros no están en perfectas condiciones. Además, se agrega que muchos se dan a la tarea de ir con exceso de velocidad, conociendo la gravedad de la situación con esta vía”.
Explica que la alcantarillas dañadas y la falta de alumbrado, son otras problemáticas que se suman a la odisea que deben vivir a diario cuando se trasladan por la vía.
“En la noche es una boca de locos, vamos mucho más asustados que en el día, porque con tanta oscuridad estamos más propensos a sufrir un accidente, por eso Corpoelec debe tomar cartas en el asunto lo más pronto posible”.
“Las busetas nuevas no sirven por el tipo de vía”
“Desde el inicio del año la Gobernación aprobó siete nuevas unidades; carros que no sirven para esta vía inclinada porque se accidentan con más frecuencia y los frenos se recalientan más seguido, además los cauchos por sitios planos se deslizan”, indica Jhonny Veliz.
Resalta que los vehículos de la ruta, a pesar de estar viejos, son más seguros al momento de transitar la inclinada vía, por eso muchos prefieren esperar por más de una hora para abordarlos, y estar más seguros.
Escasez de unidades los obliga a pagar “piratas”
Alrededor de Bs. 500 semanalmente deben pagar los usuarios para llegar a Carayaca y al terminal de Catia la Mar, a causa del déficit de unidades, indica José Rodríguez.
Destaca que la carencia de vehículos, especialmente en las horas pico, está dejando a los pasajeros a merced de los llamados “piratas”, que cobran hasta Bs. 80 por pasajero, en otros casos deben pagar hasta mil bolívares en un taxi para llegar hasta El Almendrón.
“El pasaje se ha convertido en una renta, no es justo que debamos trabajar solo para pagar el traslado. Muchos hacemos sacrificios para llegar hasta Catia la Mar porque no siempre se tiene el dinero, entre el costo de los productos de la cesta básica y esto no tenemos vida”.
Indica que los vehículos están trabajando con cauchos lisos, debido a la escasez de neumáticos en el estado y en Caracas.
“Mantienen a los estudiantes de pie, esperando que el autobús de 50 puestos se llene para dejarlos subir, porque de lo contrario aceptan solo un ticket por viaje. Esto es un abuso y un peligro, es un abuso que solo uno pueda pagar el boleto estudiantil y el resto deba ir de pie, exponiéndose a sufrir un accidente. Debe meterle el ojo a esto el presidente de la línea”. LC/ar