Lorena Correa, Loreclaverdad@gmail.com.- Hace un año se puso en funcionamiento la subida de Paraíso Azul ante la ausencia de la vía principal de Carayaca para agilizar el recorrido de las busetas. Sin embargo los habitantes denuncian que la “trocha” solo está trayendo dolor de cabeza por el peligro que representa lo angosto del atajo.
Muchos residentes están ahora más preocupados porque la vía es estrecha para una buseta de 50 puestos. Resaltaron que ya han pasado varios sustos porque los conductores maniobran para transitar por las curvas. Dijeron que están expuestos a sufrir accidentes.
“Este es el pan de cada día cuando subimos a una buseta por eso nos encomendamos a todos los santos y vamos con Jesús en la boca. No sabemos si el remedio será peor que la enfermedad porque los carros no están en buenas condiciones. A esto se suma el exceso de velocidad de los conductores”, manifestaron los usuarios.
Explican que las alcantarillas dañadas y la falta de alumbrado son otro de los problemas que se unen a la odisea de trasladarse por la vía.
“En la noche esto es una boca de lobos y viajamos más asustados que en el día porque los conductores van a exceso de velocidad. Además no hay buena iluminación y estamos propensos a sufrir un accidente. Por eso Corpoelec debe tomar cartas en el asunto lo antes posible”.
Las nuevas unidades no sirven para el tipo de vía
“Desde el inicio de año la Gobernación aprobó siete nuevas unidades que no sirven para esa vía inclinada porque se accidentan con más frecuencia y los frenos se recalientan más seguido, indica Jonathan Guzmán.
Resalta que los carros de la ruta a pesar de estar viejos son más seguro al momento de bajar y subir la inclinada vía de la comunidad por eso muchos prefieren esperarlo por más de una hora para abordarlo y viajar seguros.
Escasez de busetas los obliga a pagar “piratas”
Alrededor de Bs. 500 semanalmente pagan los pasajeros para llegar a Carayaca y al terminal de Catia la Mar por el déficit de unidades para cubrir la demanda de la población, denuncia Carlos Briceño.
Afirma que los pocos carros, especialmente en las horas pico, está dejando a los pasajeros a merced de los llamados “piratas” quienes pagan hasta Bs. 80 para ser trasladados. En otros casos deben gastar mil bolívares para llegar al Almendrón.
“El pasaje se ha convertido en una renta. Mensualmente se invierte hasta una quincena; no es justo que debamos trabajar para pagar solo el traslado, muchos hacemos sacrificios para llegar hasta Catia la Mar porque no siempre se tiene el dinero. Entre la compra de alimentos y los pasajes no tenemos vida”.
Indica que los carros están trabajando con cauchos lisos a consecuencia de la falta de repuestos en el estado y en Caracas, por eso muchos están laborando a media máquina.
“Llevan a los estudiantes de pie. Esperan que el bus de 50 puestos se llene para dejarlos subir porque aceptan solo un ticket por buseta. Esto es un abuso que solo uno pueda pagar el boleto estudiantil y el resto deban ir parados exponiéndose a sufrir un accidente. Debe meterle el ojo a esto el presidente de la línea”. LC/jd