“Si el Estado no ejecuta una política de renovación del transporte público o al transportista se le otorga un subsidio para continuar con su trabajo, es imposible renovar esta flota tan desgastada que tenemos aquí. Estos rústicos tienen más de 40 años en la vía”, dijo Jeimer Alexander Perrone, conductor de la línea Guamacho-Cabrería.
Expresó que necesitan apoyo para realizarle un mantenimiento a sus Toyota, ya que lo que reciben por el pasaje es solo para comprar comida o algún repuesto.
Recordó que la única ayuda que reciben del Gobierno es la gasolina subsidiada y que por estudiantes solo reciben el 50% del pasaje y los adultos mayores son exonerados.MM/jd