«La migración es una decisión que genera una revolución emocional, pues a la vez que la ilusión motiva, también se piensa en lo que se dejó atrás, no solo la nostalgia sino una vorágine de emociones se agolpa».
La coach ontológico y especialista en este tema, Rhaiza Medina considera que la migración implica separación y duelo. » Quien se va, extraña a los que se quedan y viceversa; pero quienes se queda sufren de ansiedad, tristeza que puede devenir en depresión y la angustia de no saber por cuánto tiempo se prolongará la distancia».
En los adultos cuando están con la incertidumbre, presentan manifestaciones físicas que se somatizan. En los niños el sentimiento se traduce en «miedo al abandono», no entienden el proceso, se sienten desvalidos.
Medina comenta: Es importante no perder de vista lo que se está sintiendo. Actualmente contamos con el vínculo digital que nos acorta distancia y es un contacto en tiempo real.
Añade, «la clave del éxitos para mí está en gestionar la aceptación, asumir la situación manejar la positividad buscando alternativas para suplir la falta de contacto con los seres queridos. Es necesario expresar las emociones de manera constructiva, es un derecho recibir y dar atención y cariño».
Con información de Diario Avance