La migración es uno de lo detonantes de la violencia familiar

Los factores de riesgo de la violencia familiar son multicausales, sin embargo en Venezuela son tres los detonantes: la situación política del país, el efecto post pandemia por el covid-19 y el proceso migratorio con el éxodo de jóvenes en busca de mejores condiciones.

Tal afirmación fue hecha por Wilman Echarry, psicólogo egresado de la UCV hace 35 años con dominio de una multiplicidad de áreas del ámbito psicológico, las cuales tienen que ver con las etapas de desarrollo evolutivo del ser humano desde los 6 años hasta la tercera edad. Además, cuenta con experiencia en psicología escolar.

El profesional manifestó que la violencia es multifactorial porque son varias las aristas en las cuales el problema ocurre y se detona.

Destacó el proceso migratorio, pues con ella ocurre la sintomatología llamada “nido vacío” caracterizada porque en la vida biológica de las aves, la mamá lanza al poñuelo para que vuele y se independice.

“Esto ocurre, desde el punto de vista psicológico, en la vida diaria porque evidentemente en este proceso migratorio se van los jóvenes y adultos convencionales, dejando atrás un grupo vulnerable como son los niños, adolescentes, personas de la tercera edad e incluso mascotas”.

Indicó que han aumentado las enfermedades cardiovasculares, porque muchos abuelos sufren por falta de amor, y en los niños se presentan conducta desde depresiva hasta cleptómana y mitómana.

Con respecto al efecto post covid, dijo que se generó una alteración neurológica, psicológica y emocional, las cuales tuvieron que ver con los procesos de encierro, aislamiento y de convivencia de familias numerosas en espacios cerrados.

Antecedentes familiares

Hay otros elementos que son los antecedentes familiares, por ejemplo, la sociopatía, conducta suicida y psicótica. O familia que tienen en su dinámica estructural la violencia como un elemento transversal, natural y normal.

Se ve más en las poblaciones aledañas o rurales como Carayaca y Caruao. Pero, también en las zonas urbanas.

“Cómo se puede evitar la violencia, pues con amor porque es la mayor fuerza del mundo, con comunicación porque es el mayor poder y con educación porque es el mayor motor”.

Señaló que si manejamos educación con amor y comunicación muchos de los grandes problemas pudieran eliminarse. “Decía un compañero, el profesor Igor Colina de la UCV, que si la gente se comunicara diáfana y adecuadamente, la psicología no existiría”.

Desde el punto de vista biológico y fisiológico destacó la TBR (técnica básica de respiración), y un adecuado proceso de circulación que viene dada por la hidratación.

“Inhalar y exhalar 20 veces cada vez que se presente un problema para controlar la violencia”. Wilman Echarry resaltó que hay un surgimiento de muchas instancias gubernamentales y privadas, por ejemplo la campaña del abrazo que tiene Senamecf como herramienta de felicidad y el Parto Humanizado.

También una cantidad de campañas de la Lopna y de la Unicef sobre cómo prevenir la violencia. Exhorta a los modelos prestigiosos del deporte y de la música a realizar cuñas.

Recomienda eliminar una cantidad de programación por su carga de violencia terrible y pide exaltar instituciones como el sistema de orquesta sinfónica fundado por José Antonio Abreu.

Amplia experiencia

Desde el 15 de agosto de 2016 es psicólogo titular del Ipasme, donde un grupo de profesionales de manera articuladora ayudan en la salud integral de los afiliados, beneficiarios y comunidad.

También es psicólogo del Servicio Nacional de Medicina de Ciencias Forense de La Guaira. Allí tiene una función fundamental en el área de la psicología forense preventiva con el programa Senamecf Educa.

Trabaja en el ambulatorio de Anare donde presta servicio como psicólogo para Naiguatá, Caruao y Caraballeda los días miércoles en una fundación llamada Picis (Programa de Impacto Comunitario Integral de Salud), cuyo objetivo fundamental es tratar de recuperar la salud mental de la gente que vive en esas parroquias.

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