La Liga pospuso para el sábado el comienzo de la temporada previsto inicialmente para el viernes, ante la oposición de la Federación Española a que se juegue los lunes y los viernes, después que en la noche del miércoles la presidenta del Comité de Competición de la RFEF dictaminara que no se puede jugar viernes y lunes.
Ante esta decisión, La Liga decidió contra su voluntad cambiar los horarios de varios de los encuentros de la primera fecha.
Así, el Granada-Athletic de Bilbao, que debía abrir la temporada el viernes, se jugará el sábado, y el primer partido de la temporada será el Eibar-Celta, que se disputará más temprano el mismo día.
El Alavés-Betis, que debía cerrar la jornada el lunes, se adelantó para el domingo, con lo que el último partido de la fecha será el derbi Valencia-Levante la noche del domingo.
La Liga, sin embargo, advierte que pedirá medidas cautelares al Consejo Superior de Deportes, dependiente del gobierno español, que le permitan jugar viernes y lunes.