José Ángel Maicabares
La Guaira, parroquia de las plazas bonitas y niña mimada del Gobierno regional donde construyen emblemáticos espacios, continúa padeciendo por la falta del vital líquido en sus diferentes sectores, llevando a sus residentes a tomar agua de las fuentes con el riesgo de contraer infecciones.
En el caso de los residentes de las comunidades de Pueblo Nuevo, El Guamacho, Puente de Jesús, El Zamuro, Ballajá, La Plazoleta, El Cardonal entre otros, se ven en la necesidad de caminar diariamente a la parte alta de La Cabrería hasta tres veces al día para llenar hasta seis bidones del líquido limpio que baja de la montaña.
A pesar de que los afectados han intentado reunirse en reiteradas oportunidades a través de asambleas con las principales autoridades del estado, representantes de la parroquia o el director de Hidrocapital para buscar una solución al problema, son embarcados y sin esperanza de una acción noble que atienda la necesidad, la cual afecta a adultos, jóvenes y niños.
“Es falso que La Guaira está en buenas condiciones”
“En estos días el Gobernador estaba hablando en Vladímir a la 1 y dijo que La Guaira estaba en buenas condiciones, cosa que no es así. No se justifica que la puerta principal de Venezuela, como lo es La Guaira por su aeropuerto y puerto, sumándole que el estado cuenta con varios ríos, haya escasez de agua y peor aún, que nadie se ocupe de trabajar para resolverlo”, indicó Alí León (73), habitante de La Plazoleta.
Denunció la falta de humanidad por parte de las autoridades, quienes clausuraron hace un par de días una toma que estaba frente a la parada de La Pachano, con la excusa de que las colas de personas con bidones y tobos le daba mala imagen a la parroquia.
“Pusieron a un policía a vigilar para que nadie agarre agua. Cómo es posible que nosotros tengamos que abastecernos de la fuente para fregar, para bañarnos y para echarle a la poceta”, dijo León.
Deben caminar más arriba del castillo San Carlos
Agotado y molesto por la caminata de ida y vuelta desde Puente de Jesús hasta Ciudad Amarilla se encontraba Jose Paredes (60), quien contó que ya había realizado tres viajes para bañarse, cocinar y tomar él y sus nietos. Relató que hace unos meses la Alcaldía hizo una jornada de Estrella de Mar en El Vigía, y fue la última vez que vieron agua por cisterna, e incluso el gas y las bolsas de alimentos.
Héctor Sanoja (58), quien ya realizaba su último viaje a La Plazoleta en una carrucha, dijo: «Las cisternas son un negocio. En estos día el Gobernador presentó Memoria y Cuenta diciendo que mandó agua para todas partes y nosotros cargando agua allá abajo en la fuente. Las cisternas solo las utilizan para venderle a los hospitales y a la gente que tiene plata».
Manifestaron que esto es una lucha diaria que debe ser considerada por el gobernador Jorge Luis García Carneiro y el alcalde José Alejandro Terán, de lo contrario se verán en la necesidad de salir masivamente a protestar por la necesidad que hoy los agobia.
“Hemos visto como una humillación hacia los guaireños cuando las cisternas están descargando en las fuentes y a nosotros ni una gota nos mandan. ¿ A qué juegan?”, expresó Richard González./jd