Los varguenses perdieron la cuenta de cuándo fue la última vez que consumieron carnes rojas, ya que en las neveras de las carnicerías solo hay cochino y pollo.
Para los consumidores, la única manera de comprar solomo de cuerito es esperar que la vendan regulada, sin embargo tienen que hacer colas kilométricas para llevar el producto.
Gabriel Viera, dueño de una carnicería, informó que hace dos semanas vendió carne regulada, y se acabó rápidamente. “No alcanzó para todos. Tres reces no son suficiente para abastecer una carnicería, nosotros los comerciantes no tenemos ganancias. Hay un desequilibrio entre lo que se gasta y lo que ganamos, ya que nos obligan a vender regulado”. GA/ep