La farmacia del Hospital Carlos Soublette de Caraballeda, «es una de las áreas más inútiles de este centro. No hay ni calmantes”, aseguran los pacientes. Por eso ya casi ninguno se detiene en la taquilla a preguntar. «Ni siquiera el personal sabe cuando llegaran los medicamentos».
María Lira, paciente de 54 años quien llego con un fuerte dolor de cadera y de rodilla, comentó que solo va por la necesidad de que el médico la evalué y le recete algo para calmar el dolor pues, esta consciente que el hospital carece de fármacos.
“Me mandaron Ibuprofeno y Diclofenac. Afortunadamente toda la medicina me la ha costeado mi hija porque la pensión no me alcanza para comprar los remedios. Aquí tú llegas y de una las mismas enfermeras te dicen que solo están realizando consulta de medicina general y que debemos conseguir las medicinas por nuestra cuenta”, dijo.
Lira también necesita practicarse un rayos x ha recorrido varios hospitales y aun no ha tocado con suerte “He ido para el Hospitalito de Catia la Mar, para el Periférico de Pariata, para el CDI de Naiguatá y en ninguno están realizando radiografías”.
Dice que seguirá esperando a que el servicio se reactive en alguno de estos centros porque hacerlo en una clínica privada «cuesta un ojo de la cara»./HB