La exportación de 250 mil barriles de petróleo a EEUU alienta la esperanza
Este es otro momento estelar para los países exportadores de petróleo y gas y otra gran oportunidad para quienes gobiernan a Venezuela, en primer lugar y, en tercer lugar, como es tradicional en el mundo, para el pueblo.
El país con las mayores reservas probadas de petróleo y el quinto en reservas de gas, puede beneficiarse de la escasez temporal de energía y de la crisis permanente de confianza: Putin ya no es ni será un proveedor confiable para los países europeos.
Por eso ya se exportaron los primeros 250 mil barriles de petróleo a Estados Unidos y, aunque es una cantidad simbólica al compararla con los 3 millones 200 mil barriles diarios que se exportaban antes de la revolución, abre las puertas a interesantes posibilidades, porque el petróleo venezolano está haciendo falta en América y el Caribe desde antes de que a Vladimir Putin se le ocurriera invadir a Ucrania hace 11 meses, cuando la nieve cubría aquellos pueblos a 2 grados celsius bajo cero.
¡Ahora hace falta en el mundo entero!
El gran negocio que siempre ha sido la exportación de crudo, ahora es nom plus ultra. Si se aprovecha la oportunidad y podríamos volver a soñar con La Gran Venezuela, como lo hicimos a partir de la nacionalización del petróleo, aquel 1º de enero de 1976, cuando el barril subió a seis dólares ($6), 74 dólares menos que el precio de hoy. Gracias Carlos Andrés Pérez, “por los favores recibidos”.
-A 6 o a 80, los dólares se los lleva la corrupción y le llega muy poco al pueblo. La gente sabe la fama de Carlos Andrés Pérez, tronó la voz de Pepe pasando por encima del volumen de la televisión que informaba, en ese preciso momento, sobre el espectáculo del actor Jerónimo Gil, en el club Eco Caracas, donde dice haber gastado, él solo, 5.000 dólares en pocas horas de juerga caraqueña este 1º de enero. Ni que Eco Caracas fuera Studio 54, de Manhattan.
-En todas partes hay mucha o poca corrupción. Siempre existe, pero la corrupción se debe medir con base en la gestión de los gobernantes: Si hay muchas obras, grandes inversiones, se ve el empleo, el consumo, las cosas que hacen la vida mejor, hay poca corrupción, como en los casos de Carlos Andrés y de Lula Da Silva, ambos acusados de corruptos, pero reivindicados por sus pueblos, pues transformaron a Venezuela y a Brasil, guardando las distancias, dijo con sorna Manfred, cuando ya todos dirigían su atención hacia las imágenes de la televisión donde repetían las escenas y los disparos a las puertas de la Eco.
-Vamos a celebrar que estamos vivos en estos inicios del 2023, a menos de un mes del aniversario 24 de esta revolución bonita que impuso el bolívar fuerte soberano y digital, a mucha honra, dígalo ahí, mi camarada, gritó Antonio a sus compañeros, que solo prestaban atención a la TV que repetía los disparos y el show de Jerónimo el actor desempleado, pero con dólares.
-Yo me dejé de pendejadas-siguió Antonio-, y estoy agarrado a esa tabla de esperanza que surge de esos 250 mil barriles, que reconozco son pocos, pues ni siquiera son diarios, pero son un paso inicial. Es una buena señal de Maduro y de Biden. ¡Que aquí hay corrupción! En todas partes se consigue, pero el jeque de Catar dicen que oficialmente invirtió 220 mil millones de dólares en el Campeonato Mundial de Fútbol y extraoficialmente nadie sabe de cuánto dispuso para comprar desde los porteros de la FIFA hasta a unos diputados del Parlamento Europeo…eso sí es gastar los recursos del pueblo en lo que me sale del alma, mi compadre…
-¿Tú estás justificando la corrupción aquí, allá y acullá?, preguntó sorprendido Pepe.
-Estoy siendo realista y repitiendo lo que he venido diciendo: Aquí lo que hace falta es que el gobierno revolucionario sea más pragmático y negocie el petróleo, el gas, el aluminio con todos los que quieran comprar y con solo eso le entrarían miles de millones de dólares, y sin mucha vaina saldríamos de la miseria en la que estamos 95% de los 26 millones de los que aún viven en Venezuela. Si cambian el rumbo económico hoy, mañana el país saldría del hambre y la desolación. El mundo está esperando esa decisión económica, pues la crisis energética mundial es una realidad que portencia el pragmatismo.
Rómulo Herrera