Las largas colas y la venta discrecional en 11 de las 15 bombas, tiene a los conductores más humildes en un estrés permanente.
En la bomba Soublette se mantienen las colas paralelas. «En una se paga por 30 litros y se espera hasta 8 horas. En la otra son más litros y sin esperar, pero tienes que pagar en dólares. Esto está ocurriendo en todas las bombas subsidiadas», señaló uno de los afectados.
«En Planta Lago al funcionario que vigila la cola le entregan los dólares para adelantarse en la cola o pasar cuando la bomba ya está cerrada», informó otro de los usuarios.
Transporte público
Los 60 u 80 litros que les suministra la Alcaldía, cada tres días, a los choferes del transporte público siguen siendo insuficientes para cumplir con su trabajo.
«Me alcanza para tres vueltas, es decir, ya en dos días no tengo combustible y tengo que buscarlo por huella y al precio que sea para poder trabajar y ganar para sobrevivir», indicó José Reyes, chofer de la ruta Las Tunitas-Catia la Mar.
Personal de la bomba La Guaira, en Pariata, donde se abastece el transporte público, comentó que el lunes llegó la cisterna con 13 mil litros, pero fue el martes (ayer) a las 8:00 de la mañana cuando comenzaron a abastecer.
Buses de varias rutas y rústicos de las troncales hacían su cola por gasolina.
Caminar se ha hecho un buen hábito ante las fallas de transporte en El Rincón
Desde la madrugada se observa en la vía principal de El Rincón, grupos de persona caminando en dirección al casco comercial de Maiquetía.
La fallas de transporte desde más de un año hizo que las caminatas ahora sean parte de su rutina diaria, lo que además es saludable si se hace a ritmo apresurado.
«Me acostumbré a caminar por la falta de transporte en las rutas largas y cortas. El Gobierno nos ha obligado a caminar más», expresó Orllané López
Igualmente, Luis Alberto García dijo que es la rutina diaria y aunque hay algo de servicio transporte, ya algunos prefieren caminar hacia y desde El Rincón.LL/jd