“Aunque me confiaron la importante responsabilidad de liderar a este país, defendiendo la causa de los grandes camaradas Kim Il-sung y Kim Jong-il gracias a la confianza del pueblo, mis esfuerzos y sinceridad no han sido suficientes para eliminar las dificultades de las vidas de nuestro pueblo”, expresó el líder Corea del Norte en un discurso en el que no pudo contener las lágrimas.
“Nuestro pueblo ha depositado en mí su confianza, tan alta como el cielo y tan profunda como el mar. Pero no he logrado siempre estar a la altura satisfactoriamente. Lamento eso”, expresó.
Videos lo muestran quitándose los lentes y secándose las lágrimas, en un evento donde también se muestra a soldados y civiles norcoreanos llorando.
Al mismo tiempo, se declaró “agradecido” de que en Corea del Norte no haya una sola víctima de coronavirus, una versión que expertos ponen en duda, aunque no hay manera de saber si hay contagios o decesos, debido al secretismo con el que se maneja el régimen.
Crece la desnutrición
Expertos del Programa Mundial de Alimentos señalaron en un informe publicado en agosto que más de diez millones de norcoreanos, cerca del 40% de la población, necesitan ayuda alimentaria, situación que ya era sombría antes del coronavirus y se agravó con la pandemia.
La vocera del PMA, Elisabeth Byrs, señaló que un número todavía mayor de norcoreanos no tienen acceso a servicios de salud, agua potable, saneamiento e higiene.
Añadió que casi uno de cada diez menores de cinco años tiene bajo peso y uno de cada cinco tiene retraso en el crecimiento, un nivel de desnutrición que causará daños irreversibles a cientos de miles de niños.»La desnutrición ha sido persistente y generalizada, causando daños a largo plazo a la salud y desarrollo de niños, así como de madres embarazadas y lactantes».