Kim admite «tensa» crisis alimentaria en Corea del Norte
El líder norcoreano Kim Jong Un juró solemnemente que sacaría a su país de los crecientes problemas económicos, al concluir una importante reunión del partido gobernante, en la que reconoció «tensas» dificultades alimentarias.
El dictador norcoreano presidió la reunión plenaria de cuatro días del Comité Central del Partido de los Trabajadores, en la que admitió que «defectos» en la gestión del partido único en la primera mitad del año, prometiendo esfuerzos para resolver las «serias dificultades» que afronta el país.
Kim convocó el cónclave para discutir los esfuerzos para salvar una debilitada economía, que empeoró con el cierre de las fronteras debido a la pandemia y las sanciones lideradas por Estados Unidos.
«juró solemnemente» en nombre del Comité Central que el partido «seguramente superará las dificultades que se interponen en el camino de la revolución», informó la Agencia Central de Noticias de Corea.
También admitió la gravedad de la situación alimentaria de la población al señalar que ésta «se está volviendo tensa», y se comprometió a tomar medidas concretas para mejorar la seguridad alimentaria del país y para proveer a los niños de alimentos básicos.
Organizaciones con presencia en Corea del Norte vienen alertando de la severa escasez de alimentos o medicinas desde hace meses debido al impacto de las sanciones, las malas cosechas y su mayor aislamiento a raíz de la pandemia.
En abril, Kim instó a los funcionarios a que «lleven a cabo otra, más difícil «Ardua Marcha» para mitigar las dificultades de nuestro pueblo, aunque sea un poco».
La Ardua Marcha es un término utilizado por los funcionarios norcoreanos para referirse a las dificultades que tuvo el país con la hambruna en la década de los 90, cuando el colapso de la Unión Soviética dejó al país sin asistencia crucial.
Se desconoce el número total de norcoreanos que murieron de hambre en ese entonces, pero se estima que rondaron los 3 millones.
En materia de política exterior, Kim también llamó a su país a prepararse «tanto para el diálogo como para la confrontación» con EEUU, un mensaje que ha sido interpretado por los expertos como su primer gesto favorable a las negociaciones con Washington desde la llegada de Joe Biden al poder.