Nos opusimos en su momento a los llamados a la abstención; también nos opusimos al desafío que suponía hacer unas primarias en contra de la participación del CNE, y con una candidata (injusta e ilegalmente) inhabilitada, pero anulada al fin y al cabo.
Propusimos candidatura de consenso que fuera aceptada por el gobierno para facilitar la vuelta al redil electoral, y evitar la tirantez; no fue posible y siempre hubo vetos. Finalmente propusimos que un político, que además había salvado la posibilidad de inscribir candidatura opositora como Rosales fuera el abanderado, y recibió toda clase de insultos y descrédito por parte de la misma oposición, hasta que finalmente fue aceptada la participación del Diplomático Edmundo González Urrutia.
Lo cierto es que se hizo una campaña desigual; ventajista en extremo a favor del gobierno; abusiva, y cruel contra la oposición, y aún así, hubo un triunfo claro y arrollador que el gobierno decidió desconocer utilizando la maquinaria institucional del Estado para arrebatar, valiéndose de cualquier recurso para causar daño al candidato ganador; a la líder de la oposición Ma. Corina Machado, y su entorno, convirtiéndolos en el blanco de todo su odio. Ya basta.
A pesar del despropósito cometido, en el que se escudan diciendo que ganaron sin mostrar pruebas, y las que exhibe la oposición son arbitrariamente desconocidas, es obvio que no quieren, ni pueden mostrar la verdad porque sería la evidencia de su aplastante derrota. Si quisieran la verdad, que ninguno de los bandos haga nada; pues entonces que el Plan República muestre el Sobre No. 1 que por Ley les corresponde como resguardo. Exhíbanlo, y que se sepa la verdad!
De lo contrario, mientras el gobierno tomó el peor camino posible, el de la barbarie; y la oposición ejerce la defensa de su legítimo triunfo con los escasos recursos de que dispone, el país está a la deriva por la ingobernabilidad manifiesta. Sin servicios básicos, y en un franco y progresivo deterioro de la economía, a pesar de supuestos crecimientos macroeconómicos que no llegan a la gente.
Es obvio que de seguir así, se profundizará la crisis que ya supera los 30 años de destrucción, dentro de los cuales, Chávez y Maduro son responsables absolutos de la ruina de los últimos 25, no pueden culpar a nadie más.
Todo el mundo sabe que el CNE incumplió sus deberes constitucionales y se prestó fraudulentamente para propiciar el desconocimiento de la derrota del gobierno, que además fue ratificado por la Sala Electoral del TSJ, sin competencia para ello. Eso ya es un hecho que sectores de la oposición intentan revertir.
Pero la realidad se impone de manera grotesca, y el gobierno –además del fraude electoral-, ha optado por el terror y la violencia contra la dirigencia política, por una parte, y por la otra, contra población civil y militar a manera de enviar mensajes de miedo para evitar la protesta.
La sistemática violación de DDHH fundamentales; desaparición forzosa de ciudadanos; terrorismo de estado; secuestro; detenciones arbitrarias; miles de presos, incluyendo discapacitados y menores de edad, habla del horror que están dispuestos a llevar adelante, y eso es inaceptable.
La oposición por su parte, defiende como puede su victoria, pero con recursos mermados. El lógico temor de la ciudadanía de ser injustamente encarcelada, o perseguida; la dificultad de acceder a una justicia imparcial, y expedita, terminan por restar fuerzas, a pesar de la seguridad de su triunfo.
La comunidad internacional democrática se ha expresado con mucha preocupación por el destino que se nos está imponiendo, y advierten el peligro que supone una nueva crisis migratoria.
Frente a este juego cerrado hay que promover iniciativas que permitan hallar una salida. Para ello nos preguntamos si acaso será posible mediar para lograr que haya, por ejemplo: ¿Nuevas elecciones con nuevo CNE? ¿Eliminación de sanciones como las recompensas por capturas? ¿Una junta de gobierno hasta que haya nuevo Presidente? ¿Liberación de todos los presos políticos? ¿Observación internacional profesional e independiente? ¿Mediación de gobiernos y organismos internacionales? ¿Retirar todas las denuncias ante la CPI? Hay otras, pero estas pueden estimular la discusión y acuerdos.
El país necesita ser gobernable, y vivir en paz para salir de la crisis. Juego limpio.
@romanibarra