Para el diputado José Pinto, el derrocamiento del general Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, marcó el inicio del bipartidismo adeco-copeyano que se selló con el Pacto de Punto Fijo, en octubre de ese mismo año.
Apenas dieron inicio a la llamada democracia representativa que llegó con la figura del máximo dirigente de Acción Democrática (AD), Rómulo Betancourt, comenzaron los asesinatos de la gente que alzaba su voz de protesta, tal es el caso de Aurelia Pérez Pulido, maestra, asesinada cuando un teniente ordenó abrir fuego para acallar una protesta; Juan Villegas y Rafael González, asesinados por agentes de la Digepol en una protesta pacífica; José Montesinos, estudiante, abaleado y muerto en allanamiento a la Universidad Central de Venezuela.
Resalta que Fabricio Ojeda, hizo frente con el pueblo, pero fue víctima de la traición puntofijista, firmada el 31 de octubre por los partidos políticos AD, Copei y URD, en conjunto con el gobierno estadounidense.
Explica que el 23 de enero lo que hubo fue un cambio de nombres, porque la oligarquía y los servidores del imperialismo buscaron acomodo en el nuevo Gobierno, dejando a un lado la esperanza de un pueblo que esperaba recuperar la democracia. BR/jd