* El campeón de la Serie Mundial con los Astros de Houston recibió el premio Luis Aparicio
El fenómeno en el que se ha convertido José Altuve se puede medir con el despelote que crea por donde pasa. Su primera visita a Venezuela después de ganar la Serie Mundial con los Astros de Houston es un ejemplo.
La avalancha mediática, con flashes cegadores, acompañó a Altuve en el Centro Empresarial de Empresas Polar, a donde llegó como el dueño de tres títulos de bateo de la Liga Americana, con cuatro campañas consecutivas de 200 o más hits y la candidatura del Jugador Más Valioso del nuevo circuito en 2017 a recibir el premio Luis Aparicio
Si bien la Serie Mundial que ganó con los Astros de Houston fue lo que le hizo soltar al camarero la frase «este es el mejor año de mi vida», fue la gran temporada individual lo que le dio su tercer Luis Aparicio, el galardón avalado por las Grandes Ligas que reconoce al mejor pelotero venezolano en el nivel.
Altuve tuvo que utilizar sus dos manos en la premiación pues, aunque no son estatuillas grandes, aprovechó para recoger la distinción del año anterior.
«No pude venir el año pasado por el nacimiento de mi hija y por eso me disculpo», dijo en medio de la ceremonia, mientras era acompañado por Aparicio, el único nativo con un nicho en el Salón de la Fama de Cooperstown. «Es un honor estar aquí y recibir un premio tan importante. Es difícil ganarlo por la cantidad de talento que tenemos los venezolanos en las Mayores».
Su reciente título de bateo fue logrado por un promedio de .346. Además pegó 24 jonrones, impulsó 81 carreras, dio 204 hits y su OPS fue de .957. Esas son las razones que le dan la candidatura para MVP, una popularidad que comparte con Aaron Judge, jardinero de los Yanquis de Nueva York que implantó el récord de más jonrones para un novato en las Mayores con 52.
«Judge es una gran persona, me cae muy bien», comentó Altuve. «Sus números son muy buenos y si gana el MVP lo tendría bien merecido».
Altuve, durante toda la campaña, habló de su equipo. Pocas veces hizo referencia a sí mismo, ni siquiera cuando las preguntas eran personales. Su léxico estaba en plural.
«Es que yo juego para un equipo de beisbol, si yo jugara tenis hablara de mí», explicó.
Pero la campaña ya terminó. ¿Ha caído en cuenta la magnitud de su año?
«Creo que todavía trato de procesar lo que he vivido», analizó. «Sé que hice lo más importante para cualquier pelotero, jugar una Serie Mundial. Pude vivir lo que es un séptimo juego y ganarlo. He tratado de disfrutar todo esto, ni siquiera he tenido el tiempo para saber cómo estaremos el próximo año, soy un tipo que le gusta vivir el presente».