El presidente de Colombia, Iván Duque, reafirmó este jueves su voluntad de aprobar una reforma tributaria y se negó a retirarla del debate en el Congreso, a pesar de que el miércoles decenas de miles de personas salieron a las calles en todo el país oponiéndose a su aprobación.
«Hablar de un retiro, cuando se tiene la posibilidad de la modificación total en el Congreso, sería un mensaje que en estos momentos podría generar no solamente una gran incertidumbre financiera y económica sino que trae efectos negativos para toda la sociedad colombiana».
Alegó que la reforma está abierta a modificaciones y «al consenso en el marco de las instituciones» y con los partidos que hay en el Congreso, además de aceptar propuestas del sector privado.
Sin embargo, no hizo alusión a posibles reuniones con sindicatos y organizaciones sociales convocantes del «paro nacional» que sacó a multitudes de forma generalmente pacífica a las calles para exigir que no se apruebe una reforma, pues consideran que afectará principalmente a las clases baja y media.
«Lo que hemos buscado es que se abra una discusión democrática, deliberativa, constructiva en el seno de las instituciones», insistió el presidente.
La reforma contempla un aumento de impuestos a productos básicos de la canasta familiar o el progresivo aumento del impuesto a la renta a quienes ganan más de 2,4 millones de pesos mensuales (unos 660 dólares).
Las protestas contra la reforma comenzaron de manera pacífica en Bogotá, Medellín, Barranquilla y Calí. En esta última se salieron de control y terminaron en saqueos a supermercados y tiendas, quema de vehículos y destrozos en las calles. En esa ciudad murió una persona y se registraron decenas de manifestantes y policías lesionados.
Manifestantes atacaron el canal RCN en Bogotá y el gobierno informó que hubo 44 policías heridos, mientras que organizaciones sociales hablan de medio centenar de civiles heridos.