Con un año de retraso, la Eurocopa arrancó con una sólida victoria de Italia sobre una Turquía que ofreció poco, en el partido jugado este viernes en un Estadio Olímpico de Roma que recibió a 16.000 espectadores.
La Azzurra, gran ausente del Mundial de Rusia 2018, festejó a la perfección su regreso a una gran competición internacional cinco años después de la Eurocopa 2016 y se coloca como líder del grupo A, que completan Suiza y Gales, que se enfrentan el sábado.
El equipo, dirigido por Roberto Mancini, se confirma como aspirante al título, que se disputará el 11 de julio en Wembley.
Un tanto en contra de Merih Demiral en el minuto 53 fue el primero del torneo, cuando Domenico Berardi dio un pase de la muerte en dirección hacia Ciro Immobile, pero el balón rebotó antes en el torso del defensa turco, engañando a su propio guardameta, Ugurkan Cakir.
En el 66, Immobile firmó el segundo de la Azzurra al aprovechar un rechazo de Cakir tras un disparo de Leonardo Spinazzola, reseñó Deutsche Welle.
La sentencia definitiva la firmó en el 79 Lorenzo Insigne, con un disparo cruzado tras recibir una asistencia de oro de Immobile desde la frontal del área.
Con este resultado, Italia sigue elevando su cuenta de partidos sin perder, aumentando su racha a 28. El equipo de Mancini no ha recibido goles en sus últimos nueve compromisos, en los que ha firmado 28 tantos.
Antes del partido de apertura tuvo lugar una breve ceremonia para levantar el telón de la competición. Los exfutbolistas Francesco Totti y Alessandro Nesta llevaron simbólicamente el balón del torneo, bautizado como «Uniphoria» (unidad y euforia). El tenor Andrea Bocelli interpretó «Nessun Dorma», de la ópera Turandot de Puccini, delante de grandes globos que representaban a los 24 países participantes en una «coreografía vertical» mediante bailarines. Después fue el turno de un «performance virtual» de Martin Garrix, Bono y The Edge.