El Consejo de Ministros de Italia aprobó la vacunación obligatoria contra el coronavirus para mayores de 50 años, medida que busca aliviar la presión hospitalaria y controlar los contagios para proteger a la población.
«Las medidas de hoy quieren preservar el buen funcionamiento de los hospitales y, al mismo tiempo, mantener abiertas las escuelas y las empresas. Queremos frenar el crecimiento de la curva de contagios y empujar a los italianos que aún no se han vacunado a que lo hagan», indicó el primer ministro, Mario Draghi.
«Actuamos sobre los grupos de edad que corren mayor riesgo de ser ingresados para reducir la presión hospitalaria y salvar vidas», añadió.
La semana pasada, el Gobierno decidió que el certificado sanitario reforzado (que se obtiene cuando se está vacunado o se ha pasado la enfermedad) va a ser obligatorio desde el 10 de enero para acceder al transporte público, además de a hoteles, ceremonias o festivales.
Draghi quería ampliar la utilización de este pasaporte reforzado a más actividades, como servicios públicos, de cuidado personal o centros comerciales, pero no ha sido posible este miércoles por la reticencias de algunas fuerzas de la coalición gubernamental, como la ultraderechista Liga, que lo interpretaba como una vacunación obligatoria enmascarada para todo el mundo, según los medios italianos.
El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, dijo que las decisiones tomadas buscan reducir el número de no vacunados lo máximo posible porque «es lo que provoca la saturación de los sistemas hospitalarios. Dos tercios de los hospitalizados en UCIS no están vacunados».