Robin Williams atentó contra su vida por asfixia al ahorcarse en agosto, de acuerdo con las conclusiones de la investigación de las autoridades estadounidenses publicadas este viernes, casi tres meses después de la muerte del actor.
El intérprete de 63 años fue encontrado muerto en su casa situada al norte de San Francisco (California Oeste) el 11 de agosto con un cinturón alrededor del cuello y cortes en su muñeca izquierda.
El sheriff del condado de Marin, Robert T. Doyle, precisó en un comunicado que la causa de la muerte fue «asfixia por ahorcamiento» y que la forma fue «un suicidio».
Las pruebas toxicológicas también revelaron que el actor no había ingerido ni alcohol, ni drogas en el momento de fallecer, pero «fueron detectados medicamentos prescritos en dosis terapéuticas».
Williams, que ganó su único Óscar por su actuación en la cinta «Good Will Hunting», escrita por Ben Affleck y Matt Damon, buscó ayuda en sus últimos meses de vida para superar una profunda depresión que se unió a su lucha contra la adicción a las drogas y el alcohol.
Su esposa Susan Schneider reveló tres días después de la muerte que su marido sufría el mal de Parkinson, una enfermedad «de la que todavía no estaba preparado para hablar públicamente».
«Fue valiente mientras luchaba contra la depresión, la ansiedad y los primeros estadios de la enfermedad de Parkinson», afirmó su viuda.
Williams exploró todos los registros de las emociones con películas como «La sociedad de los poetas muertos» (1989), «Pescador de ilusiones» (1991), «Mrs. Doubtfire» (1993) o «Retratos de una obsesión» (2002).
Su papel como militar en «Buenos días, Vietnam» (1987) también quedará en los anales del cine, al igual que el divertido extraterrestre que interpretó en el éxito televisivo «Mork & Mindy» (1978), que lo catapultó a la fama./NP/mag