Inversión extranjera se desplomó en Latinoamérica
El estudio anual de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), que actualiza datos de principios de año, indica que América Latina recibió 88.000 millones de dólares en inversiones extranjeras directas, lejos de los 160.000 millones de 2019.
El flujo de inversiones en África bajó un 16%, en Asia incluso subió (un 4%), y como media en las economías en desarrollo la caída fue de 8%.
«Las economías latinoamericanas enfrentaron un colapso en la demanda de exportaciones, la caída de los precios de las materias primas y la desaparición del turismo, lo que provocó una de las peores contracciones en la actividad económica en todo el mundo», explicó el director de inversiones y empresas de Unctad, James Zhan.
En Brasil, la recepción de inversiones cayó un 62%, para totalizar $25.000 millones, afectada esta economía por la menor entrada de capital en extracción de petróleo y gas, suministro de energía y servicios financieros.
Especialmente dramático fue el caso de Perú, donde una de las peores recesiones económicas del mundo, combinada con la inestabilidad política, provocó que las inversiones se desplomaran: de $8.000 millones en 2019 se cayó a 982 millones en 2020.
Para 2021, la Unctad espera que los flujos de inversión hacia y desde Latinoamérica se mantengan a un nivel bajo, y vaticina que no recuperen niveles previos a la pandemia hasta 2023, un año más tarde de lo apuntado por las predicciones a nivel global.
A nivel global, estima que para este año la inversión extranjera aún será un 25% menor a la de 2019, último año antes de la pandemia. También subraya que las perspectivas de crecimiento en 2021 y 2022 siguen rodeadas de incertidumbre, pues dependerán de posibles recaídas de la pandemia, el impacto potencial de planes estatales de recuperación económica en la inversión o presiones políticas.