Carlos Albornoz, presidente del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne, señaló que Venezuela tiene el consumo de leche per cápita más bajo de Latinoamérica, a pesar de ser el alimento más consumido en el mundo.
Explicó que esto se debe a que decayó considerablemente el poder adquisitivo de los venezolanos, al punto que está por debajo de Haití.
Según los cálculos del instituto, el venezolano consume menos leche que el cubano: en el territorio nacional se consumen aproximadamente 55 litros de leche por persona al año, mientras que en la isla se toman 10 litros más. Ambos países muestran un grave déficit, pues la recomendación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación es de 120 litros.
Destaca que la leche es uno de los portadores de proteínas más necesarios para el crecimiento, por lo que los niños y jóvenes venezolano no se están nutriendo como debe ser.
Agregó que esto ha ocurrido en un lapso muy corto, pues Venezuela ha perdido más del 85% de su producto interno bruto en apenas ocho años.
Albornoz precisó que hoy en día el productor de leche venezolano recibe el 40% de lo que le ingresa a un productor en Paraguay o Argentina.
Casi toda se convierte en queso
Prácticamente el 80% de la leche que se produce en Venezuela se transforma es en queso duro para rallar. Mucha de la leche que se iba a la industria de quesos procesados o quesos filados (telita, guayanés o de mano) han cedido espacios por temas de transporte, incrementándose así la producción del queso duro blanco.
Este escenario se traduce en que exista un superávit de leche, (cuando apenas se está produciendo alrededor de 3 millones de litros al día). Además, cuando empiezan las lluvias desde mayo hasta noviembre, hay un pico de producción «que ojalá pudiera ser resulto con una exportación de quesos».
«Eso crea un cuello de botella que hace que el queso duro baje de manera dramática y los productores prácticamente trabajen a pérdida. Por eso vemos algunas protestas donde se exige un precio mínimo de producción no menor a $2 por kilo».