Debido a la gran escasez de agua que se vive en el estado, muchos recurren a las lavanderías como una opción. Sin embargo, estas no escapan de la tragedia, pues cada 3 días deben invierten 30 dólares en cisternas de agua si desean mantener ofreciendo el servicio.
Edward Farías, quien es el dueño de la lavandería Geraldin-Mar, en Caraballeda, aseguró que no solamente debe lidiar con la escasez de agua, sino también con las fallas en el servicio eléctrico, pues en algunas ocasiones ha perdido un día completo de trabajo.
“Es difícil seguir con este tipo de negocio, ya que son muchos los contratiempos que debemos sortear si deseamos mantenernos. Si la semana es buena pueda que haga hasta 40 lavadoras, ahora cuando esta es mala puede que haga entre 10 y 15”.
Cada lavadora tiene un precio de 4 dólares, este precio incluye el detergente, si el cliente desea agregarle enjuague o suavizante debe de llevarlo. El número de piezas por lavadora varía según el tamaño de estas. Por ejemplo, una lavadora puede incluir tres juegos de sabanas individuales, entre 5 y 6 jeans o entre 10 y 12 franelas.
“Logramos sobrevivir, al menos nos da para pagar las facturas. Difícilmente nos haremos ricos, pero es el negocio familiar que se tiene y hacemos lo posible por mantenerlo a flote”, dijo Farías./JD.
Por Gabriel Hernández