Inglaterra coqueteó con el miedo y las semifinales perdidas en el pasado ante una Dinamarca aguerrida y que aguantó durante 104 minutos, hasta que Harry Kane, con polémica arbitral, mandó a los locales a su primera final en la historia de la Eurocopa con triunfo 2-1.
61 años han tenido que esperar los ingleses para saborear este placer, pero, por fin, los inventores del fútbol miran la gloria de cerca, tras una prórroga sufrida y a un encuentro contra Italia el domingo por un título 55 años después de ganar su Mundial en 1966.
Un controvertido gol de penalti de Kane en la prórroga, tras un partido en el que Mikkel Damsgaard adelantó a los daneses a los 30 minutos, y en el que Simon Kjaer se hizo el empate en propia puerta a los 40, posibilitó la victoria más importante de los de Gareth Southgate en mucho tiempo.
Inglaterra estaba acostumbrada a salir a mandar. A sentirse a gusto en su parcela de Wembley. Pero Dinamarca se impuso al principio con personalidad, con garra y con buenas maneras. Durante varios minutos maniataron a los ingleses, que no entendían qué estaba ocurriendo. Sólo las bajadas de Kane desatascaban a un equipo, cuya pasividad fue ajusticiada por un latigazo de Damsgaard.
El danés curvó lo suficiente su tiro libre para que Jordan Pickford no llegara. Olía a sorpresa en Wembley con el primer gol que permitía Inglaterra en el torneo y que rompía una racha de 691 minutos sin encajar en partido oficial.
Y entre todo el miedo a una derrota horrible para Inglaterra, de las peores de su historia si ocurriera, llegó la calma de Kane. El delantero recibió en tres cuartos, se dio la vuelta y dio un pase rasante recto al área para Bukayo Saka, que tardó en dársela en boca de gol a Raheem Sterling, quien no llegó, pero sí Kjaer, para meterla en su portería.
Pese al empuje inglés, ante una Dinamarca asustada, el partido pidió prórroga. E Inglaterra siguió con el asedio. Y por su propio peso llegó el momento, una internada de Sterling por banda terminó con el inglés en el suelo, mientras los daneses protestaban que el contacto había sido nimio. El VAR lo revisó, pero no cambió la decisión del árbitro. Penalti para Inglaterra. Con suspenso, porque Kane lo falló, pero se le quedó el rechace franco para empujarlo al arco.